Un cordial saludo, amigos de La Radio y todo Hive.
Confiada en que todos están bien, bienvenidos a esta presentación. Agradecida con los amigos de @laradio por la iniciativa y la oportunidad, un saludo especial a @cleydimar2000 y @avellana. El tema de esta semana es por demás pícaro y gracioso. En mi país escuchamos piropos que encantan y otros que espantan. Los hay dirigidos de hombres a mujeres y viceversa. Pues sí, hay mujeres más osadas que se atreven a piropear a los hombres de frente, en la calle. Tengo que confesar que me divertí mucho escogiendo mis favoritos, inevitablemente recordé mis tiempos de moza adolescente y las veces que los escuché al pasar. ¿A quién no le gusta que le echen piropos?
Este es un poco atrevido pero no vulgar y como soy morena, achocolatada, jajajajaja, y me encanta el chocolate pues lo asocio con lo rico que es de verdad. El hecho de que la comparen a una con lo rico del chocolate, nos hace poner vanidosas.
No hay mucho que decir de este piropo, solo que eres hermosa ante los ojos de quien lo dice entonces te puedes creer que realmente lo eres, sobre todo si lo evocan más de una vez.
Este piropo es muy criollo, puede que se oiga grosero pero no me lo parece. No en todas partes del mundo se comen las famosísimas arepas y son realmente ricas con mantequilla. Así que sentimos que el que lo dice tiene buen gusto al comer cuando nos comparan con ese plato tan criollito que apetece a todo el mundo.
¡Ah! El Café, una adicción mundial. El hecho de que gusten los ojos café es especial porque generalmente llaman más la atención los ojos claros, verdes o azules. Siempre he recibido piropos a mis ojos. También admiro en los caballeros lo profundo de los ojos café.
Es muy sutil y delicado este piropo, pues te adjudican lo sublime de un ser celestial como los ángeles, que inspiran ternura y delicadeza. Se pudiera asumir que quien lo dice es una persona con esas cualidades también, una piensa que puede tratarse de un hombre sensible, considerado y amoroso.
Claro que las chicas debemos tener cuidado al percibir lo que esperan ellos de una al responder a sus piropos. No siempre nos dicen exactamente cómo es la persona que lo dice. Los piropos, como los dichos y refranes, son auténticos en cada región, forman parte de nuestra identidad.