Challenge of the week: Mi viaje por la maternidad: Mi vida junto a ti. // My journey through motherhood: My life with you.

in Motherhood2 years ago (edited)

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Los dolores comenzaron a las once de la noche del primero de mayo de 2010. Dolores horribles, indescriptiblemente horribles. Toda la noche sin dormir. Con mamá junto a mí, acompañándome, durmiendo a ratos.

Al día siguiente, cuando llegamos al hospital, el ascensor estaba dañado, por lo que tuvimos que subir tres pisos por las escaleras.

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Con mi barriga de 8 1/2 meses

A mitad del trayecto, rompí fuentes y mi hermano con infinita delicadeza, me ayudó a completar el resto de la escalera.

Luego, todo lo que recuerdo, me llega como un sueño, una pesadilla. Solo tengo algunos destellos en mi memoria.

Recuerdo que me pasaron a una camilla a esperar.

Una enfermera se dio a la tarea de insultarme con mucha crueldad cada vez que yo gemía de dolor y un médico residente me hacía tacto cada media hora, con el mismo guante usado.

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Horas después, un obstetra llegó y al ver mi cara, se asustó y me giró hacia la izquierda en la camilla, diciéndome que respirara profundamente y con lentitud, pero que no cerrara los ojos.

Recuerdo haber escuchado como le reñía a los médicos residentes y enfermeros por permitir que yo llegase a este estado, por el trato tan inhumano que estaban teniendo conmigo. Después de esto, me hizo otro doloroso tacto.

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De pronto gritó que me pasaran de inmediato a quirófano, porque Gabriel había defecado dentro de la barriga.

Ahora si, todos estaban verdaderamente asustados. Me decían "¡puja, puja, puja!", mientras me daban golpes en la barriga, porque Gabo estaba atrincherado, aterrado de salir. Estoy segura que él escuchaba tantos problemas y tanta gente gritando, que prefería quedarse adentro, porque allí se sentía seguro y a salvo.

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Finalmente, Gabo salió. Eran las cinco y treinta y ocho de la tarde del dos de mayo.

Yo estaba tan agotada, aturdida y adolorida, que no me percaté de que cuando Gabo salió de mi vagina y lo colocaron en mi regazo, no se movía. Ni siquiera lloró cuando nació.

Todos corrían de un lado al otro. Todo era tan confuso...

Luego se que llegó un neonatólogo con pasos apresurados, para coger a Gabo en sus brazos y fue cuando entendí la razón por la que no había llorado al nacer... Su carita pequeña era de color negro, siendo el resto de su cuerpecito, tan blanquito como la nieve.

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Entonces, desapareció con mi bebé, dejándome allí agotada y sin entender qué estaba sucediendo.

Ya caía la noche cuando, finalmente me pasaron a un cuarto con otras tres mujeres recién dadas a luz. Yo preguntaba por mi bebé a las enfermeras, pero ellas en su indolente indiferencia, ni siquiera me miraban. En ese momento, no pensé mucho en ello porque el cansancio, el dolor de los puntos que me habían cogido y el aturdimiento, no me permitían pensar con claridad.

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A la mañana siguiente, yo aún no había visto a mi bebé. Al resto de las mujeres en la habitación, les llevaban a sus niños, pero no pasaba lo mismo conmigo y cuando preguntaba, me evadían.

Fue entonces cuando llegaron mis dos hermanos y me contaron lo que sucedía:

"Ayer el doctor, nos dijo que Gabriel estaba muy complicado, porque vino con el cordón umbilical amarrado en su cuello y además, había defecado en la barriga y al momento de nacer, asfixiado por el cordón, abrió su boquita por instinto buscando respirar y tragó tanto el líquido amniótico, como sus propias heces fecales".

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Ahora, él estaba en Terapia Intensiva y era muy probable que de esa noche no pasara. La probabilidad de que no sobreviviese a esa noche, era de más de un 95%. Pero gracias a Dios, y a su deseo de vivir, mi caballerito superó lo más difícil y ahora estaría en Cuidados Intensivos hasta que ellos consideraran que estaba totalmente fuera de peligro.

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Mi mente no registró toda esa información hasta que ellos se fueron del hospital. Fue entonces que comprendí todo y me eché a llorar. Lloré mucho. Lloré de dolor, de tristeza, de angustia. Lloré por mi pequeño bebé...

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Luego a las tres de la tarde, me dejaron subir a verlo.

Allí estaba él. Lleno de tubos y cables, dentro de una cajita de vidrio, sólo con su pañal y una cobijita. Dormidito. Solito. Sin el cariño de su mamá.

Volví a llorar.

Quería darle amor, amamantarlo. Pero no estaba permitido que tuviese contacto físico con él, salvo, coger su pequeña manito a través de un pequeño orificio destinado para eso. Me dijeron que le estaban dando alimento a través de una sonda.


Dando un paseo en moto con su papá

Recuerdo la infinita tristeza que sentía al llegar de nuevo a la habitación. Lloré de nuevo.

No recuerdo cuándo me dieron de alta. Solo sé que durante los siguientes veintidós días, estuvo hospitalizado y yo iba a verle dos veces por día. A veces sola, a veces con mamá. Mi primer día de la madre, lo pasé en el hospital, esperando para verlo.

Era una agonía, una espera ruda. Días en los que sabíamos por las indolentes enfermeras, que otro recién nacido en Cuidados Intensivos, había fallecido. No nos decían cuál niño era... eso nos llenaba de angustia.

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Finalmente, le dieron de alta después de veintidós de hospitalización. Y ese día, a mi madre le dio un ACV isquémico y la encontramos tirada en el suelo, en medio de la sala del departamento. Decidimos que regresara a su casa en Caracas. El estrés estaba consumiendo a mamá.

Una semana después, a mi bebé lo volvieron a hospitalizar por una semana más, por presentar un cuadro febril. No me separé de él ni un instante. Dormía sentada en una silla de plástico rota, a un lado de su camita de hospital. Fueron los días más duros de mi vida...

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A los tres meses de nacido, ya estábamos de vuelta en Caracas y lo diagnosticaron con dengue hemorrágico. Diez días más hospitalizado en el hospital de niños...

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Mi hijo acaba de cumplir doce años el pasado dos de mayo. Es un niño sano, cariñoso, amoroso, inteligente, analítico. Pertenece a la Orquesta Sinfónica de Venezuela, el año pasado pasó de quinto a sexto grado con las mejores calificaciones, recibiendo un el Premio a la Excelencia Académica que otorga cada año, la Alcaldía de nuestro municipio.

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Estoy muy orgullosa de mi hijo, cada día lo amo más. Jamás pensé que tenía una capacidad de amar tan grande hasta que él llegó a mi vida.

Y así ha sido Gabriel Andrés desde que nació, ha vencido todos los obstáculos que se le han presentado en la vida. Venció a la muerte, lo demás será pan comido para él.


Gracias por acompañarme hasta aquí.

Los abrazo con cariño.

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Me gustaría invitar a participar a cinco super mamás: @marybellrg, @belkisa758, @carolinacardoza, @slwzl, @lisfabian y @antoniarhuiz

Todas las imágenes son de mi propiedad, tomadas en distintos momentos de mi vida. Los títulos fueron creados con la herramienta gratuita CoolText

El traductor utilizado es Deepl


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The pains began at eleven o'clock on the night of May 1, 2010. Horrible pains, indescribably horrible. All night without sleep. With mom next to me, accompanying me, sleeping at times.

The next day, when we arrived at the hospital, the elevator was damaged, so we had to go up three flights of stairs.

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With my 8 1/2 month belly

Halfway up, my water broke and my brother, with infinite gentleness, helped me complete the rest of the stairs.

After that, everything I remember comes to me like a dream, a nightmare. I only have a few flashes in my memory.

I remember being moved to a gurney to wait.

A nurse took it upon herself to insult me with great cruelty every time I groaned in pain and a resident doctor would do a tact every half hour, with the same old glove.

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Hours later, an obstetrician arrived and upon seeing my face, he became frightened and turned me to the left on the gurney, telling me to breathe deeply and slowly, but not to close my eyes.

I remember hearing him berate the resident doctors and nurses for allowing me to get to this state, for the inhumane treatment they were having on me. After this, he gave me another painful touch.

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Suddenly he shouted for me to go to the operating room immediately, because Gabriel had defecated inside my belly.

Now everyone was really scared. They were telling me "push, push, push!", while they were hitting me in the belly, because Gabo was barricaded, terrified to go out. I am sure he heard so much trouble and so many people screaming, that he preferred to stay inside, because he felt safe and secure there.

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Finally, Gabo left. It was five thirty-eight in the afternoon of the second of May.

I was so exhausted, dazed and sore, that I didn't notice that when Gabo came out of my vagina and was placed in my lap, he didn't move. He didn't even cry when he was born.

Everyone was running from one side to the other. It was all so confusing...

Then I knew that a neonatologist arrived with hurried steps, to take Gabo in his arms and that was when I understood the reason why he had not cried at birth.... His little face was black, while the rest of his little body was as white as snow.

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Then, she disappeared with my baby, leaving me there exhausted and without understanding what was happening.

Night was falling when I was finally moved to a room with three other women who had just given birth. I asked the nurses about my baby, but they, in their indolent indifference, would not even look at me. At that moment, I didn't think much about it because the tiredness, the pain from the stitches I had taken and the daze, didn't allow me to think clearly.

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The next morning, I still hadn't seen my baby. The rest of the women in the room had their children brought to them, but it was not the same for me, and when I asked, they avoided me.

That's when my two brothers arrived and told me what was going on:

"Yesterday the doctor told us that Gabriel was very complicated, because he came with the umbilical cord tied around his neck and also, he had defecated in his belly and at the moment of birth, suffocated by the cord, he opened his mouth instinctively trying to breathe and swallowed both the amniotic fluid and his own feces"..

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Now, he was in Intensive Care and it was very likely that he would not make it past that night. The probability that he would not survive that night was more than 95%. But thanks to God, and his desire to live, my little gentleman made it through the hardest part and would now be in Intensive Care until they deemed him to be totally out of danger.

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My mind didn't register all that information until they left the hospital. That's when I understood everything and I started to cry. I cried a lot. I cried from pain, from sadness, from anguish. I cried for my little baby.....

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Then at three o'clock in the afternoon, they let me go up to see him.

There he was. Full of tubes and wires, inside a little glass box, with only his diaper and a blanket. Asleep. All alone. Without his mom's love.

I cried again.

I wanted to give him love, to breastfeed him. But I was not allowed to have physical contact with him, except to hold his little hand through a small hole intended for that purpose. I was told that he was being fed through a feeding tube.

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Taking a motorcycle ride with his dad

I remember the infinite sadness I felt when I got back to the room. I cried again.

I don't remember when I was discharged. I only know that for the next twenty-two days, he was hospitalized and I went to see him twice a day. Sometimes alone, sometimes with mom. My first Mother's Day, I spent in the hospital, waiting to see him.

It was agony, a rough wait. Days when we knew from the indolent nurses that another newborn in Intensive Care had died. They would not tell us which child it was... that filled us with anguish.


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Finally, he was discharged after twenty-two days in the hospital. And that day, my mother had an ischemic stroke and we found her lying on the floor in the middle of the living room of the apartment. We decided to send her back home to Caracas. The stress was consuming mom.

A week later, my baby was hospitalized again for another week, for presenting a febrile condition. I did not leave his side for a moment. I slept sitting on a broken plastic chair next to his little hospital bed.

Those were the hardest days of my life....

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Three months after his birth, we were back in Caracas and he was diagnosed with dengue hemorrhagic fever. Ten more days hospitalized in the children's hospital...

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My son just turned twelve last May 2nd. He is a healthy, affectionate, loving, intelligent, analytical boy. He belongs to the Venezuelan Symphony Orchestra, last year he passed from fifth to sixth grade with the best grades, receiving an Academic Excellence Award given every year by the Mayor's Office of our municipality.

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I am very proud of my son, I love him more every day. I never thought I had such a great capacity to love until he came into my life.

And so Gabriel Andres has been since he was born, he has overcome all the obstacles that have come his way in life. He beat death, the rest will be a piece of cake for him.


Thank you for joining me here.

I embrace you with all my love.

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I would like to invite five super moms to participate: @marybellrg, @belkisa758, @carolinacardoza, @slwzl, @lisfabian and @antoniarhuiz.

All images are my own, taken at different times in my life. Titles were created with the free tool CoolText

The translator used is Deepl


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Es tan hermoso, que bella te ves embarazada, ya puedes encargar la niña, jejejejej

Jajajajaja!!! Tas loquita!!! Nonono aeñorita, no 😂😂😂

No hay nada más inhumano que las salas de parto Venezolanas, y si es pública, peor.
Me alegra mucho leer toda la energía positiva que imprimes aún y cuando nos cuentas algo tan triste como fue tu experiencia al dar a luz.
Te felicito por haber logrado una manera tan linda de contar algo tan difícil como lo es un parto.

Si mi amor, yo di a luz en un hospital público en Margarita. En esa época, el hospital era el mejor de la isla, pero ahora es un desastre. Lo horrible son esas enfermeras que parecen odiar a todo el mundo. La tipa me decía: "No te gustó tirar bastante??? Y ahora vienes con esta gritería?? Cállate!!!

Gracias mi amor.

Horrible Purrix. Lamento mucho que te haya pasado eso, yo di a luz en el hospital público de Barquisimeto, recuerdo que antes de parir, oí a muchas mujeres hablar de eso, y por eso trate de ser lo más calladita y agradable posible... Tenía terror de que me hablarán así... Te abrazo en la distancia y te felicito por haber criado a tu niño tan bien

Es que no podía evitar gritar. El pobre niñito estaba con el cordón amarrado al cuello, se estaba asfixiando y se movía como loco desesperado y eso me causaba unos dolores de terror ciego.

Recibido tu abrazo cariñoso y gracias por tus palabras 💋😘

Si, leí en tu post, y me puedo imaginar tu estrés, tu dolor, y tú miedo. Es una lastima que no nos hayamos conocido antes, seguro habría podido ayudarte un poco, viví de 2005 a 2014 en la isla y mi pareja de ese tiempo prestaba servicio en el Luis Ortega, era anestesióloga, y conocí a muchos médicos de la isla.

La experiencia que tuviste fue terrible, gracias a Dios con un final feliz, tu hijo sano y feliz. El paso de cada una de nosotras por un centro hospitalario es muy difícil, hay que desearle suerte y encomendar a la persona a todos los santos para que todo lo salga bien. Saludos y Bendiciones para tu hijo.

Gracias mi niña, la verdad es que si, son experiencias terribles. Sobre todo esas enfermeras amargadas que lo hacen todo tan traumático.

Gracias por tus buenos deseos. Un abrazo 😚

Una terrible experiencia como madre.... De verdad que te admiro por la valentía con que ambos superaron esos momentos tan difíciles... Me da mucho gusto que estén celebrando su cumpleaños #12 y que estés tan orgullosa de él. Les mando un abrazo infinito lleno de bendiciones...saludos y feliz mes de las madres para tí amiga.

🎉🎊🥀🌺🌷🌸💮🏵️🌻🌼🌲🌟🌳💫🌵🌵🍀🍁🌙🌱🌹⭐🍄💐🌈

Si mi amor, fue muy rudo. Y gracias a Dios no le quedó secuelas a mi hijo. Si, estoy supremamente orgullosa de ese muchachito. Ha sido una bendición en mi vida, llegó para regalarme todos los colores del arcoíris. Es tan analítico, tan maduro para muchas cosas, pero para otras, tan niñito 🥰🥰🥰

Gracias mi amor.

Al leer tus líneas no puedo sino llorar de tristeza por todo lo que tuviste que pasar amiga Dios te Bendiga a ti y a tu Príncipe Gabriel deseo de corazón puedas olvidar todo ese dolor que pasaste durante su nacimiento, yo sé que ya al ver a tu hijo lo grande, sano e inteligente que es, esas cosas que viviste quedaron en el pasado como la parte fea de la maternidad, Muchas Bendiciones amiga para ti y tu bello hijo. Gracias por compartir tu post. Saludos.

Aaawww!! Tan bella, gracias!!! Esos momentos sirvieron para crear un lazo más fuerte entre nosotros. Me ayudó a madurar mucho, porque yo era un poco inmadura. Todo pasa por algo. Gabo es un niño divertido, que me hace reír, que cuando lo veo, siento que lo amo más. Es una fuente inagotable de amor y ternura. Te voy a enviar una foto para que veas como está ahorita...!

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Gracias por tan bellas palabras. Mensajes como este, motivan a seguir adelante!

Tan bellos Gabriel que grande estas, que Bendición para tu mamá tenerte con ella. Un Beso grande, infinitas Bendiciones.

Amiga gracias por la invitación. Ahora admiro más a tu pequeño ángel. Es un guerrero por naturaleza. Tu historia se partece un poco a la mía pero solo en principio. Tengo dos hijos el mayor fue parto y el menor una cesárea. Te cuento que prefiero cesárea ¿Por qué? Porque me ingresaron un día a las 11:00 pm. A partir de ese momento comenzó el padecimiento; no estaba asustada pero al notar que pasaba el tiempo y no me atendían sí me preocupé. Cuando por fin me atienden, el médico bravo preguntaba que quién ingresó a esta paciente sin dilatar ni un dedito. Después de ese episodio me revisaron de nuevo al rato largo y me rompieron fuente pero no pasó nada. Luego me ponen suero, el llamado Pitosín, y comienzan los dolores pero me colocaba de lado y se me calmaba. Me dio fiebre y me pasaron a una sala con otra chica; desde allí se escuchaba a una mujer gritando desesperada que ya estaba lista para parir y cuando los médicos corrían a atenderla decía que ya pasó.😂 Los médicos cansados estaban molestos. Avanzada la madrugada me ponen otra botella de suero que arreciaron mis dolores. La muchacha que también esperaba hora me recomendaba que no gritara porque de lo contrario no me atenderían; por un buen rato me tragué el dolor. Amaneció y llegó el mediodía, naciendo mi hijo a la 1:00 pm 5 de julio. Totalmente sano y hermoso. Al día siguiente, antes de darme de "alta" tuve que bajar sola a hacerme un tipiaje y saliendo del ascensor me desmayé. Cuando salí del hospítal, al llegar a casa me volví a desmayar, estaba muy débil. El caso de la cesárea fue en una clínica y a pesar del dolor estuve tranquila y fuerte.