Todavía recuerdo cuando a mi vida fueron llegaron los nacimientos de mis hijas, ese fue el punto de quiebre para que mi vida tuviera un cambio de perspectiva, creo que al igual que yo muchos padres piensen que los hijos alimentan a la familia, ya que cambia nuestras vidas para mejor, a medida que vemos como ellos crecen y se desarrollan nos llena de orgullo ya que sabemos que son una semilla que nosotros dimos como fruto de un gran amor.
La evolución de las familias son transmisibles, es decir como padres tenemos ese sentido de responsabilidad para con nuestra familia, en especial por la llegada de nuestro hijos, sin embargo al pasar del tiempo nuestros hijos crecen y van viendo en nosotros esos ejemplos que lo llevan a ellos a ser participe en el aprendizaje del momento en el que se deben ir adquiriendo responsabilidades, total después serán ellos los que den el ejemplo a sus hijos para ser responsable y disfrutar de las bondades de una familia.
La cadena de responsabilidades que se transmite nuestros hijos puede ser muy bien asumida por nuestros hijos mayores, ya que por su mayor grado de madurez pueden ir copiando todo lo que enseñamos indirectamente, ese sentido de liderazgo que ellos asumen sin darse cuenta les hace delegar pequeñas tareas a sus hermanos que a la final terminan siendo influyentes para que se esparce todo ese conocimiento de una forma familiar idónea.
Así como los ciclos que se cumplen en la naturaleza, en donde cada ente y elemento aporta su granito de arena para que todo vuelva a su lugar, de esa misma manera funciona la familia, los hijos también necesitan de nosotros como padres, y una vez que ellos han aprendido el sentido de responsabilidad lo esparcen a todos los integrantes para que exista un funcionamiento genuino en donde predomina, la paz, el amor y la responsabilidad.