Fuente
En este país
como Jesús multiplicó los peces,
y puede ser más peligroso atreverte a reclamar una injusticia
que hacer justicia por tu propia mano.
también matan los que mueren.
Matan lento a los que se quedan,
a los que tuvieron que enterrarlos,
si es que hubo algo que enterrar.
O te come el pez gordo de un trago,
o te devoran lento las sardinas,
pero el que no nada acaba en el fondo
o flotando en la superficie.
y reclamar es firmar tu sentencia;
y a veces se va a los entierros sabiendo quien será el siguiente.
y uno basta para infectar a una familia,
y llenar un cementerio.
y caminamos de lado o miramos de costado,
pero no por miedo a la construcción de un mejor presente,
sino para no tentar a la suerte.
y se cosechan cuerpos,
se exige justicia y se recibe miedo,
y se sabe que esperar, más de los asesinos,
que de lo que deben aprehenderlos.
tan crédulo y a la vez escéptico,
nos han criado para creer que hay algo después de todo esto,
nos han enseñado a ser buenos para no ir al infierno.
para poder aspirar al cielo,
y comemos el cuerpo de cristo y bebemos de su sangre,
con la naturalidad que nos da
el haber catado la de tantos muertos.
y podamos vivir una historia distinta
a la que muestran los noticieros,
pero en lo que los rezos surten efecto,
no queda más que seguir luchando por no ser una estadística más,
sin dejar de poder mirarse con dignidad al espejo.
Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.