Hola hivers lectores 🎉 el día de hoy les comparto un escrito que nació en una clínica, el día de ayer me encontraba acompañando a un familiar a hacerse una quimioterapia y llegaron 4 mujeres desconocidas y se sentaron a mi lado, iban al ginecólogo cuyo consultorio quedaba al frente del consultorio de oncología. Una de ella tenía problemas con su embarazo, calculo que tenía como 8 semanas y quería ver qué tal estaba fluyendo todo, así que decidí hacer una historia sobre un embarazo, y cabe destacar que no es la historia de las chicas, yo solo tome de inspiración la preocupación de una madre por saber cómo va su embarazo.
Así que comencé a escribí y fluyó ésta historia, esto nos habla sobre lo rápido que puede cambiar el panorama, y como hoy muchas cosas nos dan miedo y el día de mañana todo puede cambiar. Sin más que decir los dejo con esta historia 🤍
Susurros de vida y muerte
Sentí miedo en ese momento
mi cuerpo comenzó a temblar de emoción,
no sabía que iba a hacer a partir de este momento,
El test marcó 2 rayas casi que inmediatamente,
comencé a leer las instrucciones y entre mi torpeza todo comenzó a caerse,
así también se cayeron mis planes.
Estaba sola, sin padres y mi pareja me había traicionado semanas antes,
acudí a mi mejor amiga, quien me recomendó no seguir el proceso de embarazo,
me paralicé, no había pensado en ello pero tampoco sabía cómo iba a salir adelante.
Me encontraba en punto de quiebre, sin un centavo y 2 meses de renta atrasados.
Era de noche cuando soñé con ella, sabía que sería una niña,
susurró "Mamá" en medio de la soledad de la noche,
me hizo ilusión hacer por ella lo que no hicieron por mí.
Pasaron los días y decidí tenerla, conseguí un trabajo de medio tiempo y logré pagar el alquiler, estaba emocionada por mí, sentía fuerzas, hace mucho tiempo no experimentaba algo así.
La noche antes de ir al ginecólogo sentí dolores fuertes y al mirarme un charco de sangre,
sentí miedo nuevamente, no quería perder esta esperanza,
me examinaron en una camilla color beige, hacía frío y no tenía ni una cobija,
a mí alrededor solo habían camillas, y cosas de hospital.
La luz parpadeaba y oí acercarse unos pasos hacia mí,
el médico con su equipo de eco, posó un gel transparente en mi vientre y comenzó a frotar "Aquí está" - me dice el.
"Pero no hay latido" - comentó.
En ese momento sentí mis ilusiones quebrarse nuevamente, quise llorar pero preferí guardarme el sentimiento.
Volví a consumir cigarrillos, volví a las drogas y el alcohol, solo así puedo sentir de nuevo su voz hablándome y diciéndome que todo estará bien.
Sé que como ésta historia o parecida hay muchas mujeres que han pasado por ello, los abortos espontáneos son más comunes de lo que parece y respeto mucho a las mujeres que han pasado por eso, se que este escrito ni se acerca a lo que puede sentir una madre ante una perdida, pero después de la lluvia siempre sale el sol.
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