Concurso de cuento navideño para niños / EL NIÑO TRISTE

in Literatos2 years ago


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Esta es la historia de Pedro Pablo, el niño triste. Él sólo contaba con su padre ya que su madre había fallecido al darlo a luz. Pedro Pablo vivía rodeado de lujos, no le faltaba nada material, pero, sin embargo, siempre estaba triste porque no tenía amiguitos con quienes jugar o conversar de las cosas propias de su edad.

Pedro Pablo había nacido un 24 de diciembre justo a las 12 de la noche, por eso su cumpleaños era justo en Nochebuena de Navidad.

Ese año su padre le preparó una gran fiesta. Como se dice “tiró la casa por la ventana”: contrató animadores vestidos de Santa Claus, piscinas con tobogán, carritos de helados, hamburguesas y perros calientes. Globos, dulces, tortas, cotufas (pochoclo, palomitas de maíz) , refrescos (gaseosas) y pare usted de contar, pero no había amiguitos.

Cuando llega el papá, cree sorprender a su hijo con todo eso, pero el sorprendido fue él ya que Pedro Pablo se mostró indiferente a todo. El padre de Pedro Pablo, decepcionado, salió a la calle y mirando al cielo le pidió al Niño Jesús alegría para su hijo. En ese preciso momento vio pasando un grupo grande de niños deportistas, con sus uniformes de beisbol, iban caminando y conversando animadamente entre ellos y acompañados por sus representantes y entrenadores. A este padre desesperado se le ocurrió una brillante idea: los detuvo, les habló de su hijo huérfano y triste, de su fiesta de cumpleaños solitaria y los invitó para su casa, para celebrar con el niño que no tenía amigos. Conmovidos, todos aceptaron ir.

Al llegar a lo que ahora sí se podía llamar celebración, no había iluminación más grande que la sonrisa de Pedro Pablo. Invitó a todos los niños a bañarse a la piscina y fue tanta su alegría que se les contagió a todos y se metieron al agua sin pensar siquiera en cambiarse los uniformes. Jugaron, comieron, y, lo más importante: Prometieron a Pedro Pablo ser sus amiguitos para siempre. El niño abrazó a su padre con lágrimas de alegría y le dio las gracias, el señor, a su vez, le dio las gracias al Niño Jesús. Ya Pedro Pablo dejó de ser el niño triste
.

Moraleja:
La verdadera felicidad de la Navidad
no se encuentra en lujos ni dinero
porque el amor es lo primero.
La verdadera felicidad
está en una bonita amistad.
Feliz Navidad para todos los niños
y que Dios los bendiga