Aquí les ofrezco un ejercicio poético en prosa (inédito), que hice hace varios años a partir de una pintura de uno de mis artistas preferidos, Gustave Klimt. Lo escribí al ver la reproducción de la pintura en un almanaque que tenía ilustrado con obras del artista. Ya no sé exactamente cuál fue el cuadro que lo motivó; tengo el recuerdo de este que les reproduzco.
Here I offer you a poetic exercise in prose (unpublished) that I did several years ago based on a painting by one of my favorite artists, Gustave Klimt. I wrote it when I saw the reproduction of the painting in an almanac I had illustrated with works by the artist. I no longer know exactly which was the painting that motivated it; I have the memory of this one that I reproduce here.
En el cuadro de Klimt los árboles tejen la arquitectura sagrada del tránsito a la morada.
El claro en el fondo nos espera.
Está ahí Klimt, y su armonía abigarrada de sombras y verticalidad y verdes, en la hoja de julio sobre el blanco de los días inmóviles, sobre el blanco de la pared testigo.
El bosque de Klimt es tan sobrio y único como ese concierto de viola de gamba que Bach toca para este bosque, hoy plantado en la inmediatez de la noche y una habitación acompañadas por la serenidad solícita.
In Klimt's painting the trees weave the sacred architecture of the passage to the abode.
The clearing in the background awaits us.
Klimt is there, and his variegated harmony of shadows and verticality and greens, in the July leaf on the white of the still days, on the white of the witnessing wall.
Klimt's forest is as sober and unique as that viola da gamba concerto that Bach plays for this forest today planted in the immediacy of the night and of a room accompanied by solicitous serenity.
In Klimt's painting the trees weave the sacred architecture of the passage to the abode.
The clearing in the background awaits us.
Klimt is there, and his variegated harmony of shadows and verticality and greens, in the July leaf on the white of the still days, on the white of the witnessing wall.
Klimt's forest is as sober and unique as that viola da gamba concerto that Bach plays for this forest today planted in the immediacy of the night and of a room accompanied by solicitous serenity.
Gracias por su lectura. Thank you for reading.
Bonita reflexión... Casi puedo escuchar la serenidad de la melodía colándose entre los árboles. Imágenes (acústicas y visuales) dignas de atesorar en estos tiempos, cuando todo bosque parece condenado arder en el vértigo sin ley de un planeta cada vez más caliente. Salve la vida por muchos años su Bosque de Klimt... Saludos @josemalavem, con el correspondiente abrazo.
Y gratificante comentario el tuyo, amigo @tupamalo. Sabes que, aparte de que el poema en prosa es una de mis preferidas modalidades poéticas, desde que descubrí los Pequeños poemas en prosa de Baudelaire, y de ahí a su antecesor, Alousyus Bertand, y, por supuesto, a nuestro querido Ramos Sucre, una de las posibilidades que me revelaron es la de escribir poemas a partir de la pintura o de la música.
Los bosques de Klimt son un encanto, además de El bosque de la noche de Djuna Barnes.
Un abrazo afectuoso.
"El claro en el fondo nos espera" frase dónde quizás dejas ver qué más allá, está el mañana, ese futuro preconcebido por la inquietud o esa otra vida que se quiere, pero de este otro lado del bosque podemos ser testigos de la visión mágica que nos ofrece el pintor a través de esa pared de árboles, que puede simbolizar un mundo aparte, ya sea de dicha, soledad o escape; la caída, simbolizada en esa alfombra de hojas, en una serenidad que puede ser espantosa o una sublime paz.
Disculpa poeta, mi atrevimiento por hacer un ejercicio de imaginación, devenido por la lectura de tu texto y la imagen que usaste.
Gracias por tu lectura y comentario, @silher. Muy válida tu interpretación libre. Quise hacer una especie de contrapunto entre lo que se percibe en el cuadro de Klimt y el estado del que observa, piensa y siente desde su espacio que busca confundirse con el de la obra. Saludos.
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Hacer un ejercicio de poesía sobre un cuadro... Veo que no estoy tan "loco" y se le puede hacer poesía a todo. Tenía esa idea pero me parecía descabellada. Hoy leyendo esta prosa, veo que es perfectamente viable.
Me gustó mucho la creatividad plasmada en estas líneas.
@garybilbao
Gracias por tu visita y valoración, @elcomentador. Sí, en verdad se puede hacer poesía a partir de cualquier objeto, situación o motivo. Esa preceptiva que reducía la poesía solo a hablar de ideales, de "cosas bellas", etc., quedó atrás desde el siglo XIX con el Romanticismo originario (alemán y francés, sobre todo) y Baudelaire le dio su estocada fatal cuando escribe el poema "Carroña". Saludos, amigo.
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Hermosa prosa, me dio la sensación de paz. Saludos