Lorian (ESP/ENG)

(SPANISH)

Lorian

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Después de un largo tiempo estanciado entre las frías cuatro paredes de mi alcoba, decidí salir a espejar la mente, suponiendo, que ya había sanado esa herida abierta, que me hizo esconder la nobleza de un corazón a punto del delirio.

Siendo la ruptura de mi relación con Lorian Dennisse un archivo disuelto en mi memoria, le di un voto de fe, a la renovación del propio pensamiento y su sincronía.

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No recordaba nada, en el marco de los acontecimientos turbios y remotos de mi anterior vida. Como quién pasa a una nueva página, me confiné ahora en medio de la naturaleza, con la intención de permanecer distraído en la plácida soledad de los parajes.

Sin sentirme perseguido por la historia, ni por el recuerdo de Dennisse, cuyo nombre pasó a ser, no más, que un conjunto de pocas letras desordenadas cuya significación, por más que intentara evocar, no representaba nada para mí.

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Fui guiado por la misma soledad, hasta el rincón apartado de un jardín sombrío oculto en la medianía de un bosque de acacias.

Para sorpresa de alguien que busca el contacto natural, me vi envuelto en un paisaje deseco y acabado.

Parecía estar anclado en una línea de tiempo donde se había detenido el ciclo vital, al igual que mi propio sentir, también mi memoria sufrió el embate del ayer, exudado entre las sombras.

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Era el jardín secreto. Un claro del bosque, contornado por guijarros sueltos de color negro y tallos espinados de un marchito rosal, enmarañado, a borde de un exiguo riachuelo reducido a la escorrentía de un légamo silente y apaciguado.

Crucé la portezuela hecha de tallos, entreabriendo su ala y continuando luego, lentamente, en una detallada contemplación.

Con profuso desdén, vi como se agitaban las hojas formando una alfombra seca que se hendía bajo mis pies.

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Un lugar que a poco, dejaba pasar los rayos del sol y que había sido arrasado por el caustico atardecer de un pasado misterioso. Con esas acacias prolongadas a la cúspide del cielo que parecían tener ojos, atestiguando la historia del otoño infinito.

Así, me invadió la terrible tristeza y fueron mis ansias de volver, tan extremas, como la propia curiosidad de hurgar en mi mente.

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Pasé de la tristeza a la melancolía, en el momento justo que un eco punzante exclamó a viva voz el nombre de "Lorian".

Como un detonante, mi mente repetía "Lorian Dennise, Lorian Dennisse, Lorian..." una y otra vez.

El jardín secreto cobraba vida. Sus tallos retoñaron en botones y el suelo vistió su aspereza en una alfombra verde.

¡Lorian Dennisse!, ahora, lo pronunciaba mi boca impaciente y el riachuelo resurgió, y las acacias también florecieron.

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Avancé, perdido en un álgido recuerdo. Corrí desorientado en el frenesí de mi locura, hasta que choqué de frente contra un árbol que abrazaba en silencio, vestida como blanca flor, la irreconciliable promesa.

En la horqueta colgante de aquella acacia dos corazones flechados posaban en la corteza de su propia desnudez.

Dos nombres en sutil caligrafía, tallados a daga, con el filo del amor.

Quise borrar de mi mente aquellos nombres y traer el otoño de vuelta al jardín. Corrí a encerrarme en mi fría alcoba. Y en desconsuelo, mi boca, gritó: "Lorian", por última vez.

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_FIN

_{[Original Content]

@nachomolina2}

_{venezuela

2022}

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(ENGLISH)

Lorian

_{Author: @nachomolina2}

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After a long time spent within the cold four walls of my bedroom, I decided to go out and mirror my mind, supposing that I had already healed that open wound, which made me hide the nobility of a heart on the verge of delirium.

Being the rupture of my relationship with Lorian Dennisse a file dissolved in my memory, I gave a vote of faith, to the renewal of my own thought and its synchrony.

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I did not remember anything, in the context of the murky and remote events of my previous life. Like someone turning to a new page, I now confined myself in the middle of nature, with the intention of remaining distracted in the placid solitude of the landscapes.

Without feeling persecuted by history, or by the memory of Dennisse, whose name became, no more, than a set of few jumbled letters whose meaning, as much as I tried to evoke, meant nothing to me.

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I was guided by the same loneliness, to the secluded corner of a shady garden hidden in the middle of a forest of acacias.

To surprise someone who is looking for natural contact, I found myself surrounded by a dry and finished landscape.

It seemed to be anchored in a timeline where the life cycle had stopped, just like my own feelings, my memory also suffered the onslaught of yesterday, exuded in the shadows.

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It was the secret garden. A clearing in the forest, outlined by loose black pebbles and thorny stems of a withered rosebush, tangled, on the edge of a meager stream reduced to the runoff of silent and appeased silt.

I crossed the door made of stems, opening its wing a crack and then continuing slowly in detailed contemplation.

With profuse disdain, I watched as the leaves stirred, forming a dry carpet that split under my feet.

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A place that little by little, let the sun's rays pass through and that had been devastated by the caustic sunset of a mysterious past. With those acacias extended to the top of the sky that seemed to have eyes, witnessing the story of infinite autumn.

Thus, the terrible sadness invaded me and my desire to return was as extreme as my own curiosity to delve into my mind.

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I went from sadness to melancholy, at just the right moment that a piercing echo loudly exclaimed the name "Lorian".

As a trigger, my mind repeated "Lorian Dennise, Lorian Dennisse, Lorian..." over and over again.

The secret garden came to life. Its stems sprouted into buttons and the ground dressed its roughness in a green carpet.

Lorian Dennisse! Now my impatient mouth spoke it, and the stream resurfaced, and the acacias bloomed too.

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I moved forward, lost in a vivid memory. I ran disoriented in the frenzy of my madness, until I collided head-on with a tree that silently embraced, dressed as a white flower, the irreconcilable promise.

On the hanging fork of that acacia tree two arrow-pierced hearts rested on the bark of their own nakedness.

Two names in subtle calligraphy, carved with a dagger, with the edge of love.

I wanted to erase those names from my mind and bring autumn back to the garden. I ran to lock myself in my cold bedroom. And in despair, my mouth cried out, "Lorian", for the last time.

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_END

_{[Original Content]

@nachomolina2}

_{venezuela

2022}

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