Érase una vez una niña la cual amaba a los animales, pero de estos, sus preferidos en el mundo eran los cerditos. Esta niña se llamaba Lucía y vivía con sus abuelos en las afueras de un pequeño reino.
Los abuelitos de Lucía trabajaban muy duro en el campo casi todo el día, por eso, la niña se quedaba mucho tiempo sola en su casa, con solo la compañía de sus amigos los cerditos.
Un día, la abuelita de Lucía le propuso a ella y a su abuelo que si ese año por navidad preparaban un cerdo a la brasa para cenar.
Lucía no lo podía creer, ¿era eso lo que le hacían a los cerditos cuando desaparecían antes de navidad como por arte de magia?
Obviamente la pequeña Lucía se negó rotundamente a esa idea que su abuela propuso. De ninguna manera iba a permitir que le hicieran eso a sus cerditos y a todos los cerdos del mundo. No mientras ella pudiera hacer algo contra ello.
Esa noche, era tanta la rabia y tristeza que sentía su corazón, que Lucía se arrodilló sobre su cama y con las manos juntas y los ojos cerrados comenzó a pedir un único deseo a San Nicolás.
Y es que la pequeña estaba dispuesta a renunciar a sus regalos con tal de que le cumpliera ese deseo que tanto anhelaba; que quitara toda maldad existente de la mente de los humanos por hacerle daño a los cerditos.
A la mañana siguiente, nada parecía haber cambiado. Lucía se sintió aún más triste. Cuando se dirigía a desayunar, su abuelito le sorprendió con una noticia que solamente podía ser un milagro.
Se trataba de un manifiesto directamente del Rey que salió a primera hora de la mañana ese día. En el cual se informaba a todo el reino que solo faltaba una semana para navidad, y a partir de ese momento quedaba estrictamente prohibido el sacrificar cualquier animal, en específico los cerdos, para la cena de cada familia en navidad, incluyendo la propia cena del gran Rey.
¡Lucía no lo podía creer, San Nicolás la oyó y le cumplió su deseo de navidad!
Pasó una semana y ya era navidad, todos obedecieron la orden del Rey y nadie comió ningún animal. Esa misma tarde del veinticinco de diciembre, Lucía descubrió una carta debajo del arbolito en su sala de estar.
En la carta se podía leer:
“Querida Lucía:
Es mucha la emoción con la que hoy escribo esta carta que a ti dirijo, pues, una niñita me hizo seguir creyendo en la buena fe de los humanos. Niños como tú son mucho más importantes que yo, porque con acciones tan pequeñas pueden cambiar una gran porción del mundo.
Espero que te haya gustado tu regalo adelantado de Navidad.
Con mucho amor, San Nicolás.
Jo, Jo, Jo, Feliz Navidad”.
El Fin.
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Bonito cuento navideño, donde se puede apreciar el deseo y la imaginación de un niño. La inocencia es un don que se pierde con el tiempo, pero pienso que en épocas como esta se debe recuperar y crear un fuerte vínculo. ¡Saludos!
La inocencia es un don que tienen los niños que puede esparcir mucha paz y esperanza a su alrededor, cambiando muchas veces la manera en la que los mayores nos estancamos en ver las cosas.
Es tristemente cierto que se va perdiendo a medida que crecemos, pero, a mi parecer, es algo de lo que no nos deshacemos del todo, sino que queda un poco de ese don muy dentro de nosotros. La navidad es un muy buen momento para dejar que ella floresca.
¡Gracias infinitas por el apoyo!
Que bonito que aún podamos compartir textos donde la inocencia, la vida y la magia puedan alentarnos. Un texto predecible en su final, pero no menos sorprendente por la forma de cerrarlo. ¡Gracias por compartirlo!
Pïenso que la ficción es un escape hondo de la realidad, por eso, me animé a escribir este cuento. Todos de vez en cuando necesitamos un aire de los problemas y la realidad para sumergirnos en mundo tan maravillosos donde la magia y la inocencia prevalezcan y sean el centro de todo.
Es la primera vez que escribo un texto dirigido a niños, pero me sentí bien con el resultado. Claro, seguiré practicando para poco a poco ir mejorando cada vez más.
Estoy muy agradecida porque te hayas tomado el tiempo de leerlo y escribirme el comentario. ¡Muchas gracias a ti!
Un texto muy apropiado para esta cita literaria para niños!!!
¡Muchas gracias! :)
Tan lindo cuento @nafonticer, bueno muchos estarán tristes pero bueno tendremos que atender esa ley. Un abrazote.
Si, así es, muchos estarán tristes, pero ¡hay que acatar la orden! 😅
Muchas gracias por leer y por tu lindo comentario. ¡Abrazos para ti también!