El huésped
Los niños se quedaron sorprendidos al ver la estatura del hombre y su delgada y bien vestida figura. Buscaba refugio de la tormenta. Como buenos cristianos, la pareja le dio asilo. Le pusieron un colchón en la sala, le dieron agua caliente, alimento y algo de café. También, de la nada, dejó de llover, por lo que pudieron todos volver adentro y dormir tranquilamente. A la mañana siguiente, los niños vieron cómo el padre y el recién llegado trabajaban arreglando los desastres que había provocado la crecida del río. También, con los días, vieron cómo los dos hombres trabajaban pasando horas bajo el sol limpiando, sembrando las tierras, las cuales se veían más nutridas y prósperas.
El padre llegaba a la casa más contento y vigoroso, riendo y conversando sobre las vicisitudes del día al lado del recién conocido. La madre también se veía más joven y lozana, más contenta en los quehaceres diarios de la casa. La comida era suculenta y abundante, la cual dejaba a los hombres satisfechos y a la mujer risueña.
Un día los niños vieron cómo el colchón, que por meses había estado en la sala, fue llevado a la alcoba matrimonial. Pero era tanta la alegría de la casa, que nadie hizo ningún comentario al respecto. Así, por meses, la felicidad era el alimento cotidiano de las mañanas, de las tardes y las noches.
Un día, volvieron los días de lluvia y los dos hombres salieron a arreglar una cerca destruida. La mujer permanecía nerviosa y con especial cuidado asomada a la ventana. Ya en la noche, cuando todo era oscuridad y silencio, y la tormenta había pasado, solo uno de los hombres volvió a casa. Nadie preguntó ni dijo nada. Lo importante era mantener aquella felicidad recién estrenada.
#posh #hive #twitter
Interesante y a la vez suspicaz perspectiva la que nos propones, donde en un principio se podría relacionar con el dicho de Cristo, de que fui extranjero y en vuestra casa me acogisteis, que dio lugar a muchas leyendas del Camino de Santiago, donde personajes sobrenaturales y beatíficos, como el propio Santiago, premiaban la hospitalidad. Pero en el giro inesperado que le das, se podría colegir también aquél viejo refrán, que dice: de fuera vendrán, que a los de dentro echarán. Abrazos
Jajajaja. Desconocía ese dicho, pero "tal vez" le vaya como anillo al dedo, especialmente porque en el relato no dice quién de los dos hombres volvió. Pero por lo visto, para ti fue el recién llegado quién se quedó con todo. jajaja. siempre me encanta leerte. Saludos y abrazos, @juancar347
Una historia misteriosa y muy bien contada, mi querida @nancybriti. Aunque es otra cosa, me recuerda "La lluvia", de Arturo Uslar Pietri. Casi se podría leer como una inversión perversa de ese cuento.
Un abrazo.
Cierto, @rjguerra. Ese cuento es uno de mis favoritos de Uslar Pietri. En este relato quise dejar la incógnita de quién pudo haber regresado. Siempre es un gusto y un honor que leas mis cuentos, @rjguerra. Muchas gracias. abrazos muchos para ti.