La niña del cabello crespo
Cuando llegó a su casa, le preguntó a su mamá por qué su cabello era “malo” y el de las otras niñas “bueno”. ¿Qué había hecho de malo su cabello para que lo llamaran así?, le preguntó Susanita a punto del llanto. La madre tuvo que explicarle que su cabello no era malo, que era un símbolo de su raza, y que muchas personas querrían tener el cabello como ella. Tomó el celular y buscó varías fotos de gente importante que tenía el cabello crespo. Aunque esto no la convenció mucho, por lo menos la hizo olvidarse del asunto por un rato.
Pero ya la inquietud estaba inyectada en Susanita, que cada vez que se veía al espejo, miraba solamente su cabello. Quiso esconderlo debajo de un sombrero, también quiso aplastarlo con mucho fijador, pero fue imposible. Tampoco los moños y las trenzas servían para ocultar sus largos rizos. Una vez, después de llegar del colegio, Susanita se le acercó a su mamá y con carita de tristeza, le dijo que quería cortarse el cabello. Su madre trató de persuadirla, pero Susanita salió corriendo diciendo que no quería tener más un cabello malo.
Después de esto, con los días, hubo un concurso de talento en la escuela. Todos los niños participaron haciendo cada uno, una cosa. Susanita no fue la excepción. Cuando llegó la hora de la premiación, con sorpresa, Susanita escuchó que era la ganadora. Cuando fue a recibir su premio, la presentadora dijo que era una niña que sobresalía entre todas y que sus rizos la hacía ser diferente. Desde ese día Susanita entendió que no hay que ser igual a todos y que su cabello la hacía destacar frente las otras.
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Me gustó mucho.
Muchas gracias, @gisland
Excelente relato y maravilloso mensaje sobre la temática del acoso escolar. El final no podía ser mejor porque reinvidica al afectado por la burla. Muy bien manejada la historia, los personajes y el ambiente no podía ser otro, en una propuesta de relato corto. Felicitaciones @nancybriti
Gracias por tu comentario, @pelulacro! Objetivo, reflexivo y resumido. Saludos
El racismo es una de las más execrables y traicioneras conductas que llevamos endosadas en nuestra cultura occidentalizada/eurocentrista. Sin darnos cuenta suscribimos conceptos, palabras, ademanes, cuentos; chistes,etc. Despectivos hacia los indígenas y afroamericanos. Sin percibirlo damos un trato sesgado al que tiene alguna mancha en la piel, o tiene alguna característica física distinta a lo que creemos son los cánones de “belleza occidental; es decir blanca” por ejemplo,ésta expresión aparentemente inocente, dicha por una maestra a sus niños de educación inicial; es un monumento al racismo:Niños, ahora vamos a pintar los dibujos, aquí están los colores. Recuerden, para las caras y los brazos de las personas usen este color, vean; es el color “carne”.
¡Por supuesto, el color “carne”, es un rosado claro!
Así como el pelo malo es el enroscado y la nariz fea, es la chata y no la perfilada, y por supuesto; el cielo esta feo cuando las nubes traen lluvia y se ven grises oscuras( paradójicamente si no fuera fuera así, no habría agua)……………………..
Disculpe la extensión pero el tema por usted tocado en tan breve y excelente relato da motivos para reflexionar.
Me gustó mucho tu relato.... es muy cierto que los niños son los que mas sufren con estas discriminaciones, luego llega a adultos con esos traumas de infancia y muchos no pueden llegar a dar todo lo que tienen por sentirse cohibidos por su color de piel o su cabello (y muchos otros estereotipos que acostumbramos los seres humanos) menos mal que Susanita entendió que todos somos únicos y podemos llegar bien lejos .... excelente post.