¡Buenos días, Comunidad de Hive! Les comparto un cuento corto que escribí hace unos 6 años. Decidí rescatarlo, reescribir ciertas partes y compartirlo. Espero que sea de su agrado:
La habitación era oscura. Unos diminutos rayos de luz entraban a través de los espacios que dejaban las persianas. Se podía sentir que en esa habitación no había nada y mucho menos alguien. Era similar al pozo sin fondo más oscuro y profundo del mundo. Pero entre las penumbras del cuarto y los entrerrayos solares, se podía distinguir la presencia de un misterioso ente.
Era un ser pequeño, ubicado en posición fetal al lado de lo que parecía ser una puerta. No se podía saber quién era el que estaba en ese misterioso y sombrío espacio compuesto por algo más que cuatro paredes, pensarían algunos. Pero, gracias a los frágiles rayos solares que se introducían de mala gana en la habitación, se podían medio distinguir los rasgos del ente: parecía un joven de 15 a 17 años, con el cabello tan largo que llegaba hasta su cuello. La minúscula luz dejaba saber que su piel era tan blanca cual fantasma, y que tenía lágrimas en sus ojos oscuros. ¿Qué pasaba por la mente de ese joven, cuya vida tendría que ser tan deprimente, que le impulsaba a expresar de forma física su tristeza? ¿Su novia lo habrá dejado o ni siquiera era capaz de tener una?, ¿será la burla y el juguete de sus compañeros del colegio?, ¿sus notas habrían sido tan inútiles como sus esfuerzos para que sus padres le dijesen “fracasado”? Podrían ser todas estas razones sumadas a otras totalmente desconocidas.
Las penumbras y la débil luz dejaban ver que su brazo se levantaba poco a poco, centímetro a centímetro, hasta que sus dedos tocaron algo que podía distinguirse como un interruptor de luz eléctrica. Ejercieron fuerza sobre dicho objeto, haciendo sonar un ¡clic! Que llenó de energía el bombillo, haciendo desaparecer toda la oscuridad que poblaba el cuarto, sacando al descubierto su apariencia. Las paredes estaban pintadas totalmente de gris. Una cama estaba a un metro de la pared de la que se recostaba el muchacho y había un escritorio con una computadora. Había muchos afiches de Bruce Lee y Jim Kelly, además de uno de la voluptuosa actriz Megan Fox. Pero, ¿por qué al encender la luz no había nadie que habitara ese cuarto?
Escrito por Sergio González.
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