El ente del bosque
The forest entity
Recuerdo algunos momentos vividos de mi infancia y la verdad que son muy emotivos. Pues vivíamos una vida tranquila, sin riesgos ni preocupaciones. Muy distinto a lo que se ve hoy en día, momento en que uno se siente desprotegido sin saber qué sucederá el día de mañana.
También añoro los días en que viajábamos a pescar a un lago al otro lado de un bosque. Sentir la calidez de estar en familia y así compartir un momento de unión; eso quizás sea algo que recuerde con pasión.
En un tiempo lejano, alquilábamos caballos para cabalgar por el bosque. Creo que fue el recuerdo más sensible que tengo de esos días. Siento que mis ojos se recubren en lágrimas al pensar en ello.
Mi padre en ese entonces era alguien muy diferente a lo que es hoy en día, y no por mala fortuna sino su elección. Actualmente se ha volcado al alcohol y ha abandonado la integridad de su propio ser, dejándose a la deriva a cuesta de cualquier desgracia que toque nuestra puerta.
Mi madre por contraparte, sigue siendo tan amorosa como lo fue cuando yo era chico. Creo que debido a ello es mi apego con ella.
Sé que siempre se tiene mejor relación con una madre, pues han pasado por muchas cosas para traernos a este mundo. Aún así, considero que le debo mucho y sobre todo devolverle el amor que me dio durante todo este tiempo.
Sería mi pesar no poder replicar lo que viví, por lo que le comenté a Camila, mi novia sobre un lugar al que podríamos ir a pasar el día. Seguramente si nuestra relación avanza y si la suerte está conmigo, algún día tendríamos nuestra propia familia.
Ella aceptó sin lugar a dudas y recorrimos el lugar, primeramente para conocerlo. Algo me pareció extraño, pues yo había estado allí hacía al menos siete años, pero no era tal como lo recordaba. Los pastos que eran verdes ahora se habían vuelto amarillentos, los árboles resecos y quebradizos, y el ambiente se sentía demasiado pesado.
No le di mucha importancia a ese detalle e ignoré cualquier otro, incluso no le conté mucho sobre el mal presentimiento que tenía. Pues no quería preocuparla y mucho menos incomodarla. Elegí seguir adelante.
Si algo hay de malo en mí es el exceso de confianza. Y esta vez me tocó vivirlo otra vez. Aún peor es que no solo yo sufriría las consecuencias de mi ignorancia.
Empecé a escuchar sonidos intensos como de cadenas arrastrándose por la tierra. Por un momento pensé en lo peor; personas que habían sido secuestradas y lograron escapar de sus captores. Pero en ese lapso de tiempo en el que no pude siquiera pensar, vislumbré una silueta de algo que no podía reconocer.
No tenía rostro y tampoco cuerpo, pues se trataba de algo que jamás en mi vida vi. No podía describirlo no solo por su apariencia sino también porque no me salía ni una sola palabra. Empecé a titubear palabras inconclusas cuando en realidad quería pedir socorro y salvaguardar la vida de mi pareja. Pero me petrifiqué y tenía frente a mí una gran sombra emitiendo de sí mismo unas llamas negras que no producían calor pero eran tan oscuras como su propia maldad. Evidentemente estaba en aprietos.
Ella se quedó en el auto también sin saber qué hacer, pero a diferencia de mí, estaba gritando y llorando. En ese momento fue que entré en razón y volteé sobre mi hombro para verla.
Sin dudas ha sido todo un error, pues ese endemoniado espectro quitó foco de mí y se dirigió hacia ella golpeteando cadenas sobre la camioneta y haciendo un sonido ensordecedor que no sabría explicar de qué parte salía. Los animales del sitio corrieron despavoridamente al escuchar lo que para ellos era una amenaza. Muy ciertamente.
Llegó el punto en el que maltrató tanto la camioneta que la logró dar vuelta y no pararía con haber hecho eso. No sé de donde saqué coraje y valentía pero intenté hacerle frente, aunque fue inútil. Al intentar propinarle un golpe mi brazo pasó por una especie de humo oscuro.
Prácticamente era como intentar golpear el aire, no lograría hacerle nada. En esos momentos de ensañamiento, sólo quedaba una cosa que hacer; intentar rescatarla y escapar hacia donde sea.
Tenía el contratiempo de que la gasolina de la camioneta se estaba desparramando por todo el lugar y ella aún estaba dentro dando alaridos de dolor. En ese vuelco supuse que se había lastimado de gravedad.
Hasta que en un momento paró y ese ente maligno se difuminó hasta desaparecer. Fue cuando notamos que una llamarada comenzó a brotar de alguna parte del vehículo y mi novia seguía allí.
Busqué alrededor del bosque alguna piedra con la que terminar de romper la ventanilla y traté con todas mis fuerzas de sacarla de allí, pero más lo intentaba y más gritaba.
Por unos momentos me suplicaba que la deje allí, pero eso significaría que moriría entre las llamas, de la forma más inhumana que podría existir. Jamás me perdonaría tal cosa, y si sucediera, yo sin duda alguna, tenía que tener el mismo fin.
Golpeé tantas veces la ventanilla que se rompió en mil pedazos. Fue cuando pude destrabar la puerta y traté de retirarla de allí.
Por alguna extraña razón, tuve una fuerza que ni los meses en el gimnasio me dieron y saqué a mi novia de entre las llamas. Al parecer habría sufrido varias lesiones en sus piernas, estando una de ellas con varias fracturas que le producían un dolor constante y agudo en cada movimiento al escapar de un posible estallido.
En efecto, al irnos del lugar escuchamos un estruendo muy fuerte. Nuestra camioneta había explotado por los aires y el humo se empezaba a hacerse visible, por lo que a los diez minutos llegaron los de emergencia con sus bomberos y ambulancias.
Trasladaron a mi pareja al hospital más cercano y el médico me comentó que estaría fuera de peligro y que iba a sanar muy pronto. Me sonreí quizás del alivio que eso significaba cuando de pronto el médico observó con pavor mi brazo el cuál al verlo parecía que había sufrido un daño muy severo. Me preguntó cómo me había lastimado y no supe que responder.
Me llevó a observación y determinó que mi brazo había dejado de circular sangre por esa parte que ahora estaba morada como si fuese un gran moretón.
Me tuvieron en urgencias suministrándome todo tipo de fármacos e inyecciones y no lograban nada, por lo que un grupo de especialistas llegó a ver el caso y dándome algo de miedo, comenzaron a musitar entre ellos. Estaba aterrado, no solo por mí sino también porque quería verla a Camila.
Entre esos susurros, todos se dieron vuelta mirando hacia mí y me dieron el parte final. Debían amputarme el brazo que ya estaba por representar un peligro potencial para mi salud. Una infección que si no se tomaba a tiempo iba a apoderarse de todo el cuerpo y lo peor, era que nadie la conocía y mucho menos cómo tratarla.
Desperté a las horas en una camilla viendo que ya no tenía conmigo mi brazo, pero sí a mi novia esperando por mi recuperación. No sé cuantas horas habían pasado pero el médico que me visitó dijo "Fabricio, usted tras esto volvió a nacer".
Tras tres días intensivos al cuidado del hospital nos dieron el alta y regresamos a nuestra amada casa procurando jamás regresar a ese bosque donde se hallaba un ser oscuro que no pertenecía a este mundo.
Quizás solo sea mi percepción pero se ha comentado que desde la amputación, el hospital ha representado todo tipo de anomalías imposibles de explicar. En ese caso, espero no tener nada que ver.
I remember some moments of my childhood and the truth is that they are very emotional. We lived a quiet life, without risks or worries. Very different from what we see today, a time when one feels unprotected without knowing what will happen tomorrow.
I also miss the days when we used to go fishing in a lake on the other side of a forest. Feeling the warmth of being with family and thus sharing a moment of togetherness; that is perhaps something I remember with passion.
In a distant time, we would rent horses to ride through the woods. I think that was the most sensitive memory I have of those days. I feel my eyes well up with tears at the thought of it.
My father back then was someone very different from what he is today, and not because of bad fortune but his choice. Today he has turned to alcohol and has abandoned the integrity of his own being, leaving himself adrift at the cost of any misfortune that knocks on our door.
My mother on the other hand, is still as loving as she was when I was growing up. I think it is because of this that I am attached to her.
I know that you always have a better relationship with a mother, as they have gone through so much to bring us into this world. Still, I feel that I owe her a lot and most of all I owe her back for the love she gave me all this time.
It would be my regret not to be able to replicate what I experienced, so I commented to Camila, my girlfriend about a place we could go to spend the day. Surely if our relationship progresses and if luck is with me, someday we would have our own family.
She agreed without hesitation and we toured the place, first to get to know it. Something struck me as odd, as I had been there at least seven years ago, but it was not as I remembered it. The grasses that were green had now turned yellowish, the trees were dry and brittle, and the atmosphere felt too heavy.
I didn't give much importance to that detail and ignored any other detail, I didn't even tell her much about the bad feeling I had. For I didn't want to worry her, let alone make her uncomfortable. I chose to move on.
If there is something wrong with me, it is overconfidence. And this time it was my turn to live it again. Worse still, it wasn't just me who would suffer the consequences of my ignorance.
I began to hear intense sounds like chains dragging on the ground. For a moment I thought the worst; people who had been kidnapped and managed to escape from their captors. But in that lapse of time in which I could not even think, I glimpsed a silhouette of something I could not recognize.
It had no face and no body, for it was something I had never seen before in my life. I could not describe it not only because of its appearance but also because I could not get a single word out. I started hesitating inconclusive words when in reality I wanted to call for help and save my partner's life. But I was petrified and I had in front of me a large shadow emitting from itself black flames that produced no heat but were as dark as its own evil. Evidently he was in trouble.
She stayed in the car too not knowing what to do, but unlike me, she was screaming and crying. It was at that moment that I came to my senses and turned over my shoulder to look at her.
Undoubtedly it was a mistake, because that demonic specter took focus off me and headed towards her, banging chains on the truck and making a deafening sound that I could not explain where it came from. The animals on the site ran in panic when they heard what for them was a threat. Most certainly.
It got to the point that he battered the truck so badly that he managed to turn it over and he wouldn't stop having done that. I don't know where I got my courage and bravery from but I tried to stand up to him, but to no avail. When I tried to hit him, my arm went through a kind of dark smoke.
It was practically like trying to punch the air, I couldn't do anything to him. In those moments of rage, there was only one thing left to do; try to rescue her and escape to wherever.
I had the setback that the gasoline from the truck was spilling all over the place and she was still inside screaming in pain. In that rollover I assumed that she had been seriously injured.
At one point it stopped and the evil entity faded away until it disappeared. That's when we noticed that a flame began to emanate from somewhere in the vehicle and my girlfriend was still there.
I looked around the forest for a rock to break the window and tried with all my strength to get her out of there, but the harder she tried and the more she screamed.
For a few moments she begged me to leave her there, but that would mean that she would die in the flames, in the most inhuman way that could exist. I would never forgive myself for such a thing, and if it happened, I would undoubtedly have to meet the same end.
I hit the window so many times that it shattered into a thousand pieces. That's when I was able to unlock the door and tried to remove it from there.
For some strange reason, I had a strength that even months in the gym didn't give me and I pulled my girlfriend out of the flames. Apparently she had suffered several injuries in her legs, one of them with several fractures that produced a constant and sharp pain in every movement when escaping from a possible explosion.
Indeed, as we left the scene we heard a very loud bang. Our van had exploded in the air and the smoke was beginning to become visible, so after ten minutes the emergency services arrived with their firemen and ambulances.
My partner was taken to the nearest hospital and the doctor told me that he would be out of danger and that he was going to heal very soon. I smiled perhaps from the relief that this meant when suddenly the doctor looked with dread at my arm which looked like it had suffered severe damage. He asked me how I was hurt and I didn't know what to answer.
He took me for observation and determined that my arm had stopped circulating blood through that part which was now purple as if it were a big bruise.
They had me in the emergency room giving me all kinds of drugs and injections and they were getting nowhere, so a group of specialists came to see the case and giving me some fear, they began to mumble among themselves. I was terrified, not only for myself but also because I wanted to see Camila.
Between those whispers, they all turned around looking at me and gave me the final report. They were to amputate my arm, which was already posing a potential danger to my health. An infection that if not treated in time was going to take over my whole body and the worst thing was that no one knew about it, much less how to treat it.
I woke up hours later on a stretcher seeing that I no longer had my arm with me, but I did have my girlfriend waiting for my recovery. I do not know how many hours had passed but the doctor who visited me said "Fabricio, after this you were born again".
After three intensive days in the care of the hospital we were discharged and returned to our beloved home, trying never to return to that forest where there was a dark being that did not belong to this world.
Perhaps it is just my perception, but it has been said that since the amputation, the hospital has represented all kinds of anomalies that are impossible to explain. In that case, I hope I had nothing to do with it.
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Que intenso encuentro tuvo usted con el maligno @vikvitnik
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