En un caluroso lunes a las tres de la tarde, venían saliendo de las clases dos chicos que eran mejores amigos. Diego y Carlos, de 15 años cada uno, hablaban sobre cosas triviales, como el precio de las golosinas.
Diego le preguntó a Carlos si iría a la fiesta del sábado por la noche, y este le respondió con desanimo que no
-Yo te concederé el permiso con tus padres, ya verás. Aseguró.
Pasados los días; llegó el viernes, conversó con los padres. Y les comentó sobre la fiesta del siguiente día, pero se negaron rotundamente.
-No hay nada mas que hacer, desilusionado le dijo a Carlos.
-Está bien, hiciste lo que pudiste. Dijo con tono motivador Carlos.
Sábado, 10:30pm (día de a fiesta)
Carlos hace una llamada justamente a las 10:30pm, está marcando el número de Diego y este comenta casi de inmediato.
-¿Aló? ¿que pasó? pregunta.
-Oye, espérame en el árbol que está a una cuadra de la casa, tú sabes cual es.
-Si te vas a escapar no lo hagas, podrías tener muchos problemas con tus padres, hasta yo podría.
-Por favor Diego, rogó. Por favor, ayúdame, sabes que Liliana estará en una fiesta y quiero confesarme allí.
Luego de una soportable insistencia Diego accedió, duró quince minutos desde la fiesta, donde se encontraba hasta la casa de Carlos.
Carlos se quitó los zapatos y los sostenía en su mano derecha, bajó las escaleras con mucho cuidado, sus padres estaban profundamente dormidos; abrió la puerta con su llave provisional y la cerró con una cautela impresionante.
Al salir, se puso sus zapatos, miró a la derecha y estaba Diego haciéndole señas con sus manos, indicándole que él ya se encontraba donde le habían dicho. Carlos corrió hacia el árbol de la esquina, dio un leve impulso y chocó su palma con la de Diego.
-¡Vamos ya a esa fiesta! exclamó con cierto apuro Carlos.
-Sí, vámonos ya.
Mientras se dirigían a la fiesta para que Carlos pudiera confesarse, tres personas en moto venían detrás de ellos, en una venían dos, y en la otra venía uno, pasaron a un lado de ellos y no le prestaron atención, los motorizados siguieron su camino. Faltando poco para llegar a la fiesta volvieron a pasar los motorizado. Dos se bajaron rápidamente de su moto con pistola y un cuchillo.
-¡Pégate ''pa'llá''.
Exclamó uno de los asaltantes, Carlos se sorprendió mucho. Él entró en shock ya que era la primera vez que lo asaltaban, era un niño mimado muy delicado, en cambio Diego vivía en un lugar donde hay que ''guapear'' mucho.
Diego reaccionó y dijo:
-Tranquilo viejo, no llevamos nada con nosotros.
O eso creía él.
En el momento en el que dijo eso, el celular último modelo de Carlos comenzó a sonar, era su madre cuyo descubrimiento le había provocado una cólera que recorría hasta sus venas.
-¡Dame el teléfono dame el teléfono! con voz apresurada dijo el asaltante que tenía la pistola.
Cuando Carlos se percató de lo que sucedía, sintió algo filoso en su cuello, el asaltante del puñal lo había tomado por sorpresa, sentía miedo, pánico, terror, nervios, todo eso dentro de su pequeño y joven cuerpo, sus rodillas temblaban muy notablemente. Hasta se pudo ver como comenzó a llorar a causa de las sensaciones con extrema intensidad que recorría su cuerpo.
-E-e-está bii-en, t-te lo daré. con muchos nervios tartamudeó
En ese momento Carlos le entregó el teléfono al de la pistola. Mientras el otro asaltante lo empujó, eso no sorprendió a Diego, ya que era común en un asalto pero para su sorpresa y furia...le clavaron el puñal a Carlos en el riñón derecho al ver eso, Diego entró en un estado de ira puro, al 100% todo su corazón se cubrió con las tinieblas del odio, la rabia, el enojo
En un acto impulsivo se lanzó sobre los asaltantes que a penas estaban arrancando su moto.
Toma al del puñal por el cuello y con toda su fuerza lo bajó de la moto junto con él, Diego llevó un golpe muy fuerte en su costilla izquierda ya que había caído de lado, pero obtuvo a una de las tres personas de las que quería, lo asfixiaba, el asaltante de la pistola le apuntaba pero no halaba el gatillo ya que podía herir a su compañero, sin embargo se preparó para disparar en cualquier momento. El maleante aflojó sus manos y soltó el puñal, Diego lo cogió e inmediatamente se lo clavó en la pierna. Esto le dio motivos suficientes al otro asaltante para disparar...pero...dudó, no sabía si hacerlo o no, pero lo hizo. Haló el gatillo, hirió la rodilla de su compañero con ese disparo, se oían los gritos pero aún estaban las calles solas...aún.
Diego se levantó rodeando el cuello del asaltante con sus brazos, también le apuñaló el riñón, y luego lo empujó, al mismo tiempo que lo empujó se vino detrás de él e incrustó el puñal que le había quitado al asaltante al tipo de la pistola. En sus ojos, su mirada no era de un tipo normal, estaba consumido por las emociones negativas, todo lo oscuro, todo lo malo tomó control de él, parecía una bestia. Diego, era una bestia humana.
Al instante de clavar el cuchillo en el cuello del otro asaltante, el tercero, el que cuidaba las motos, le disparó en el hombro izquierdo, Diego no gritó ni hizo ninguna expresión que mostrase dolor, se lanzó hacia el tercer asaltante para acabar con su patética vida, eso pensaba él, le volvió a disparar en el hombro izquierdo y luego en la rodilla derecha, solo así cayó en el frío, duro, y ensangrentado pavimento, volteó hacia un lado y cogió la pistola, le disparó en todo el ceño. Antes de caer, le sacó el celular a Carlos del bolsillo y atendió la llamada de la madre de Carlos.
-¡¿Carlos, donde rayos te metiste?!
Diego jadeaba,y se la dificultaba hablar y respirar.
-¡¿Carlos que te pasa?! preguntó la madre de Carlos con preocupación.
-Señora, decía. Venga a la panadería de Gustavo, (a Diego se le enfriaban los labios) es cerca de...la...fiesta...Carlos...puede...morir.
En ese momento, el valiente, o loco Diego, se desmoronó en el suelo...el suelo carmesí.
*On a hot Monday afternoon at three o'clock, two boys who were best friends were coming out of class. Diego and Carlos, each 15 years old, were talking about trivial things, like the price of candy.
Diego asked Carlos if he would go to the party on Saturday night, and Carlos said with discouragement, "No. I'll give you permission to go.
-I will grant you permission with your parents, you'll see. He assured.
After a few days, Friday arrived, he talked with his parents. And he told them about the party the following day, but they flatly refused.
-There is nothing more to do, disappointed he said to Carlos.
-All right, you did what you could. Said Carlos in a motivational tone.
Saturday, 10:30pm (party day).
Carlos makes a call at precisely 10:30pm, he is dialing Diego's number and Diego comments almost immediately.
-Hello? what happened? he asks.
-Hey, wait for me at the tree that is a block away from the house, you know which one it is.
-If you're going to run away don't do it, you could get in a lot of trouble with your parents, even I could.
-Please Diego, she begged. Please help me, you know that Liliana will be at a party and I want to confess there.
After a bearable insistence Diego agreed, it took fifteen minutes from the party, where he was, to Carlos' house.
Carlos took off his shoes and held them in his right hand, he went downstairs very carefully, his parents were sound asleep; he opened the door with his temporary key and closed it with impressive caution.
On his way out, he put on his shoes, looked to the right and there was Diego waving to him, indicating that he was already where he had been told. Carlos ran to the tree in the corner, gave a slight push and slammed his palm into Diego's palm.
-Let's go to that party now! exclaimed Carlos in a certain hurry.
-Yes, let's go now.
While they were on their way to the party so that Carlos could confess, three people on motorcycles came behind them, two on one and one on the other, they passed by them and did not pay attention, the motorcycles continued on their way. Shortly before arriving at the party, the motorcycles passed them again. Two of them quickly got off their motorcycle with a gun and a knife.
-Go "pa'llá"," exclaimed one of the assailants.
One of the assailants exclaimed, Carlos was very surprised. He went into shock because it was the first time he was assaulted, he was a very delicate spoiled child, on the other hand Diego lived in a place where you have to ''guapear'' a lot.
Diego reacted and said:
-Take it easy old man, we don't carry anything with us.
Or so he thought.
At the moment he said that, Carlos' latest model cell phone began to ring, it was his mother whose discovery had provoked an anger that ran through his veins.
-Give me the phone, give me the phone! in a hurried voice said the assailant with the gun.
When Carlos realized what was happening, he felt something sharp on his neck, the assailant with the dagger had taken him by surprise, he felt fear, panic, terror, nerves, all that inside his small and young body, his knees trembled very noticeably. You could even see how he began to cry because of the sensations with extreme intensity that ran through his body.
-I-it's b-i-en, I-I'll give it to you. With a lot of nerves she stammered.
At that moment Carlos handed the phone to the one with the gun. While the other assailant pushed him, that didn't surprise Diego, as it was common in a robbery but to his surprise and fury...they stuck the dagger in Carlos' right kidney seeing that, Diego went into a state of pure rage, 100% his whole heart was covered with the darkness of hate, rage, anger Diego went into a state of pure rage, 100% his whole heart was covered with the darkness of hate, rage, anger.
In an impulsive act he threw himself on the assailants who were just starting their motorcycle.
He took the one with the dagger by the neck and with all his strength he took him off the motorcycle along with him, Diego took a very strong blow in his left rib since he had fallen sideways, but he got one of the three people he wanted, he was choking him, the assailant with the gun was aiming at him but he did not pull the trigger since he could hurt his partner, however he prepared to shoot at any moment. The assailant loosened his hands and dropped the dagger, Diego grabbed it and immediately stuck it* in his leg. This gave the other assailant enough reason to shoot...but...he hesitated, he didn't know whether to do it or not, but he did it. He pulled the trigger, wounded his partner's knee with that shot, the screams could be heard but the streets were still still...still.*
Diego stood up wrapping his arms around the assailant's neck, he also stabbed him in the kidney, and then pushed him, at the same time he pushed him he came up behind him and embedded the dagger he had taken from the assailant in the guy with the gun. In his eyes, his look was not of a normal guy, he was consumed by negative emotions, everything dark, everything bad took control of him, he looked like a beast. Diego, he was a human beast.
The instant he stuck the knife in the neck of the other assailant, the third one, the one guarding the motorcycles, shot him in the left shoulder, Diego didn't scream or make any expression that showed pain, he lunged towards the third assailant to end his pathetic life, he thought so, he shot him again in the left shoulder and then in the right knee, just like that he fell on the cold, hard, and bloody pavement, he turned to the side and grabbed the gun, he shot him all over his brow. Before falling, he took Carlos' cell phone out of his pocket and answered the call from Carlos' mother.
-Carlos, where the hell did you go?!
Diego was panting, and it was difficult for him to speak and breathe.
-Carlos, what's wrong with you! Carlos' mother asked with concern.
-She said, "Ma'am," she said. Come to Gustavo's bakery, (Diego's lips were getting cold) it is near...the...party...Carlos...may...die.
At that moment, the brave, or crazy Diego, collapsed on the ground...the crimson ground.
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Lo amé, es difícil experimentar situaciones así, siempre están esos tipos de reacciones, me ha gustado como lo has planteado. Me atrapó rápido la trama, no sé si porque he experimentado situaciones parecidas, pero lograste captar la esencia de la adrenalina y la confusión. <3
¡Gracias! Aprecio bastante que te haya gustado este corto relato. Bueno, realmente sí es algo difícil (por lo menos para mí) poder hacer sentir al lector la misma adrenalina que siento yo al redactar eso, así que trato de hacerlo como me gusta sin dejar de lado que el lector puede sentirse ''parte'' de la historia por poner un ejemplo. Y bueno, me da pesar que hayas experimentado situaciones similares. ¡Y gracias nuevamente por tomarte el tiempo de leerlo, realmente lo aprecio bastante!