La Bridante y el Bosque
Esta fue una de mis primeras historias y es una a la que le tengo mucho cariño, espero les guste.
"Siempre anhele sentir la bruma en mi piel desnuda"
Solía decir ella mientras observábamos como la misma envolvía el lejano bosque cuando la noche llegaba. No era la única con ese deseo, mientras los mayores dialogaban asuntos que aun no nos correspondía escuchar, los mas jóvenes nos sentábamos a hablar de nuestros sueños, aventuras que queríamos tener, volvernos héroes y leyendas como los padres y abuelos de mas de uno que estaba presente, ira mas allá de estos poblados que conocíamos y que marcaban nuestra memoria y piel. Pero todos comenzábamos igual, soñábamos con ir al bosque cuya bruma era tan alta y densa, que engullía a hombre y bestias por igual, ir hasta sus entrañas y descubrir que secretos guarda en su interior.
Antes, cuando la mayoría no eramos mas que planes de nuestros padres, ese bosque era parte de nuestro comercio por la caza y la calidad que esos arboles ofrecen... Pero, un día criaturas que aterrorizan a los poblados de este reino escogieron como morada nuestro bosque. Jah! Mi gente jamas fue buena para inclinarse ante nadie, sin importar el dolor sufrido, la sangre derramada o las almas perdidas.
Se defendieron, entraron muchos al bosque entre la bruma... Pocos volvieron, más de uno incompleto, pero al final victoriosos. Aunque, a diferencia de otras, esta no se celebro, no hubo festín ni el entierro de los nuestros, solo una ceremonia en honor a los caídos, la prohibición de nuestra entrada al bosque y también, el enviar animales de ofrenda al bosque casa mes... Desde entonces mi abuelo y los hermanos de mi padre quedaron como parte del bosque junto a muchos de los nuestros.
Pero me estoy yendo por las ramas, quien protagoniza este relato es otra. Oriana, aquella hija de herrero que soñaba no con entregarle un arma a los guerreros, sino ser quien la esgrimiera. Volverse una leyenda como las que los bardos cantan, liderar batallas y dejar relucir sus cicatrices y tatuajes, mostrando el orgullo de ser una valiente bridante, aunque en ese momento solo era otra joven soñadora, ojos verdes y profundos capaces de robarte el corazón en un instante, cabello negro y ondulante que se confundía con la oscuridad, un cuerpo esbelto que mostraba la hermosa mujer que un día seria y una piel blanca brillante que anhelaba portar los tatuajes que nuestra tribu daba a sus guerreros.
Pero esta noche solo era otra muchacha contando sus deseos de aventuras, con sus ojos cada vez mas brillosos por la sola idea de que plasmen sus actos de valor para la eternidad. Hoy hablaba mas deseosa de lo normal, pensando en ir y atravesar, ida y vuelta, el bosque prohibido para contar los misterios que la bruma guarda. Es realmente triste cuando nuestros sueños son aplastados por la realidad, no eramos los primeros en soñar con volver de ese bosque, mas de uno lo intento, pero nadie volvió. Esa noche hubo luna nueva, los lobos aullaban un grito espectral, presintiendo lo que todos ignoraban.
Jamás le gusto seguir las reglas, obedecer nunca fue lo nuestro... O al menos lo de ella, meterse en problemas era ese pan diario que la hacía sentirse viva y como compañero fiel, iba a su lado en cada tonta aventura... Al menos hasta esa noche. Fue de un momento a otro que pasó, unos comenzaron a gritar, otros a cantar y ella... Solo se fue, dijo que iría a dormir, pero en sus ojos veía la mentira. Debí acompañarla, debí ver las señales de que algo pasaba. Fue a casa, entró a la herrería y tomo un hacha, escudo, armadura y casco, partió entre la oscuridad al bosque de la bruma y... A la mañana siguiente volvió como en los relatos, tambaleante y vacía, su armadura estaba destruida, llena de sangre roja y verde. La guerrera volvía para caer en su hogar, pero no volvió sola, de la neblina las criaturas que creímos vencidas emergieron, más numerosas que nunca, más fuertes que antes y llenos de rabia por la ofensa cometida.
No hubo tiempo de lamentos, ni de llorar a la hija del herrero, solo hubo un llamado a las armas que transformo a aprendices en guerreros y volvió a los jóvenes hombres. Luchamos... Por los dioses si que luchamos, luchamos desde que salio el sol hasta que la noche estaba bien entrada. Al final los monstruos que tantos años vivieron entre la bruma alimentándose de nuestros animales y de los jóvenes aventureros huyeron y con ellos la bruma también se fue. Perdimos a cientos, pero nuestra maldición se fue, el precio... Fue parte de nuestra tribu, la entereza de nuestras familias y... Aquella razón por la que me mantenía en este pueblo donde nada cambia, fue enterrada junto a los demás, llamada heroína por ser quien desencadenara nuestra liberación, yo solo la llamo idiota y egoísta por dejarme aquí... Solo... Esperando, buscando a los que sobrevivieron a esa batalla y no dejar rastro de su pútrida existencia.