Bastante triste y quizás no muy alejado de la realidad, este tipo de personas en cierto modo no se pertenecen a si mismos sino a clubes, agencias, etc.
Por otro lado, es una historia que pone en evidencia una de las cosas que el dinero y la fama no pueden comprar: la necesidad del amor y compañía.
Diste con el clavo del asunto...aunque prefería hacer pensar algo apun más valioso: tiempo.
Con ello de por medio, los esposos se habrían podido dedicar a solidificar la relación, pero sus ocupadas agendas no se lo permitieron.
Saludos.