Que mejor día para hablar de fútbol americano o NFL como es más conocida mundialmente, tampoco se me ocurre mejor mes que octubre para agregar a mi publicación algunos datos sobre el beisbol a la vista de alguien que llegó a estos deportes un poco por casualidad ya que por estas latitudes no son populares, aunque debo reconocer que la televisión y el gran empuje que los comisionados de ambas actividades han desarrollado en las últimas décadas y por supuesto la televisión, han realizado el milagro de incluirlos entre la enorme variedad de entretenimientos deportivos que disponen las personas de todo el mundo.
Como mencioné en una publicación anterior, por los años 1990 yo trabajaba en una empresa de software que tenía la representación de varios productos de Estados Unidos referidos al desarrollo de aplicaciones, también un software confeccionado con esas mismas herramientas que por entonces era conocido por las siglas MRP (Material Requirements Planning) y que estaba muy bien posicionado en varias empresas de aquel país, principalmente químicas y farmacéuticas.
Yo me desempeñaba como gerente de software teniendo a mi cargo el mantenimiento técnico de la base de datos y el 4GL, también daba apoyo al área de ventas y a nuestra propia área de desarrollo.
Dado que mis obligaciones eran varias y una de las principales estar actualizado con los cambios y modificaciones a ese software de base, viajaba a congresos y cursos de actualización, generalmente por la zona de Sudamérica, Brasil era el más importante distribuidor de América Latina y luego seguíamos nosotros y Chile por lo que mis viajes se orientaban generalmente en esas direcciones salvo que los anfitriones fuéramos nosotros.
En el año 1993, más precisamente en el mes de setiembre, me tocó viajar a Cincinnati, ciudad donde se encontraban las oficinas principales de esta empresa, se cumplían 25 años de la fundación y la empresa organizó un gran evento de varios días de duración, aprovechando la ocasión también se organizó allí y en la semana anterior al evento principal, la reunión anual de agentes sudamericanos. Por primera vez me tocó viajar y no voy a continuar con esta diatriba del trabajo, aquí estamos para hablar de deportes.
Los fines de semana teníamos libre y un grupo de amigos latinoamericanos que trabajaban en la empresa en aquella pequeña pero bella ciudad nos invitó a concurrir a los mejores espectáculos deportivos: justo en el mes de setiembre coincidían el comienzo de la NFL y el último tramo del MLB.
La ciudad tenía un representante de cada deporte: Los Bengals y los Red respectivamente y compartían el estadio, se llamaba Riverfront Stadium y por supuesto estaba ubicado justo al lado del río Ohio que además servía de límite natural con el estado de Kentucky. Recuerdo que, por aquellos años, en el estado de Ohio había ciertos límites en cuanto a diversión, bebidas alcohólicas y juego por lo que pasar al estado vecino por alguno de los muchos puentes que los unían era un deporte en si mismo que muchos practicaban y muy bien, todos los fines de semana.
El domingo 26 de setiembre me llevaron a ver Bengals vs. Seahawks, el estadio era extraordinario, salvo el de River Plate y el de Racing Club de Avellaneda no conocía otros de similar arquitectura aunque este era más grande y con mayores comodidades, el campo de juego se me ocurrió ridículo, verde en su mayor parte pero con unos parches color terracota acaparando la atención, me explicaron que se debía a que estaban dibujados las bases y el montículo del lanzador correspondientes al campo de juego del beisbol, compartir estadio tenía cosas buenas y otras no tanto.
Los Bengals perdieron ese encuentro 19 a 10 lo cual llevaba la racha negativa a 0 y 4, es decir que desde que había comenzado la temporada, solo habían cosechado derrotas. Sin embargo, el fervor de la gente, el ruido aterrador de los cascos y cuerpos chocando en cada intervención y principalmente el entusiasmo y esfuerzo de los jugadores me atraparon para siempre.
Quizás si hubiera sido resultadista me habrían gustado más las águilas marinas, pero no, ya mencioné que soy simpatizante en el fútbol del equipo más antiguo de mi país y uno de los que menos campeonatos han ganado, de hecho, solo uno el año anterior a que el fútbol se convirtiera en profesional en mi país y luego una copa llamada centenario por los 100 años de creación de la Asociación que maneja el fútbol local. Con esos antecedentes, preferí como siempre, al más débil, me hice simpatizante de los Bengals.
Por alguna causa que no recuerdo, unos días después, en un día laborable y por lo tanto con una agenda bastante apretada, de todas maneras, me llevaron a ver un partido de beisbol, jugaban los Reds con los Astros y otra vez tuve que ver perder a los locales. Sin embargo, me enteré que este equipo no era tan perdedor como el otro y tenía ganados varios títulos de la famosa Serie Mundial. Una buena, iba a simpatizar con un ganador, quizás por primera vez en mi vida.
Un par de días antes de volver a mi país debía comprar algunos regalos para mis dos hijos que por aquel entonces tenían 12 años la nena y 8 el varón, para mi hija le llevé un bella muñeca, un juego de sábanas de Disney y no recuerdo que otras chucherías, a mi hijo quería llevarle algo deportivo y opté por un kit de beisbol, todo con la temática de los Reds.
El beisbol ya se podía ver por la TV aquí, aunque todavía faltaban algunos años para que la NFL entrara en mi hogar mediante las imágenes de la “caja boba” como le decía mi abuela. El niño se entusiasmo un tanto con el deporte del bate y lo anotamos en un club de la zona que curiosamente tenía entre sus deportes al beisbol y al softball. Ese entusiasmo no duró mucho.
El beisbol me gusta y veo cada año la definición de ambas ligas y la serie mundial, aunque debo reconocer que mis preferencias están muy por debajo de otros deportes. Si me gusta mucho el canto del tomahawk de los Atlanta Braves y se convirtieron en mi segundo equipo favorito solo por ello.
La NFL me apasiona y aunque mi corazón le pertenece a los Bengals, me gustan otros equipos, principalmente los 49’s probablemente porque cuando comenzó a interesarme, leí sobre las hazañas de Joe Montana y vi en acción a Steve Young y al fantástico Jerry Rice.
El año anterior me tocó sufrir y ver perder a los Bengals la final del Superbowl aunque si lo pienso bien fue un regalo, unos meses antes nadie, inclusive yo daba un centavo por esa gran temporada.
Veremos como les va este año, no comenzaron de la mejor manera, aunque de a poco van entrando en ritmo, pero hay dos equipos que asustan, Bills y Chiefs, sus mariscales de campo son lo mejor de la temporada. Pero le pongo unas fichas a Joe Burrow, es joven y tiene un largo camino para desarrollar todo su potencial, sin embargo, me gusta ese muchacho.
Ahh!! Casi me olvido, la calcomanía que encabeza esta publicación también la compré en ese viaje y está puesta en la ventana que era la habitación de mi hijo hasta que se fue a hacer su vida, siempre me negué a que mi esposa la removiera.
Las fotografías son de mi propiedad excepto las que menciono la fuente.
The photographs are my property except those mentioned by the source.
Héctor Gugliermo
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