Fuente: RCN
Lamentablemente nuestra sociedad aún mantiene rastros de machismos entre nuestros hombres, quienes aún entre sus filas existen personas que consideran que las niñas no deben jugar al fútbol con los varones, por lo esta premisa se la transmiten a los hijos que la replican entre sus compañeritos de equipo o en colegio, acarreando esta conducta un reprochable comportamiento machista hacia las chiquillas que conviven con ellos.
Digo esto porque una tarde mi hijo llega de las prácticas de su equipo de fútbol, cuando le pregunto qué tal le fue él me indica que todo estuvo perfecto hasta que incluyeron a unas niñas en el equipo. De nuevo le pregunto por qué siente que eso es algo malo y me responde que sus amigos creen eso, por lo que él también se une al pensamiento colectivo para no quedar mal con la mayoría.
Claro, no me gustó para nada lo que me dijo, como mujer sus palabras me causaron preocupación, como madre sentí el deber de corregir esta pensamiento en la cabeza de mi hijo antes que termine siendo una especie de dogma de vida. Con calma le pregunté: ¿Te gusta jugar al fútbol?, me responde con un contundente y tajante SIIIIII, ¿qué dirías si yo alguien te impide hacer lo que más te gusta en la vida sólo porque eres niño? -Mami, sería lo peor que me hicieran-, exacto hijo, esas niñas también adoran el fútbol, tanto como tú y tienen derecho a hacer eso que les gusta junto con sus compañeritos varones, incluso te aseguro que el equipo jugará mejor y serán un ejemplo en la liga.
Como les dije, Rubén es un chico muy sensible, por supuesto que captó lo que le dije hasta el punto de reflexionar con calma cada una de mis palabras. A la siguiente práctica le acompañé, pude percibir la presencia de dos niñas en el equipo, por cierto, tan buenas como los chicos, pero no gozaban del aprecio de sus compañeros quienes nose sentían cómodos con la presencia de ellas en el equipo. Me causó indignación que algunos niños llegaron a insultar a sus compañeras,se refrían a ellas como "Marimachas" de una forma muy despectiva.
Mi hijo a quien no le gusta las injusticias, paró la pequeña partida que tenían, tomó el balón y le dijo a los muchachos: -aquí respetamos a las niñas o no jugamos, ellas también tienen derecho de jugar con nosotros- Los demás también se burlaron de él, le pidieron el balón pero él seguía firme en su postura. El Profe (el D.T) ante la algarabía se acercó a a mi hijo quien le dijo: perdone pero a mi mi mamá me enseñó a respetar a las niñas y no me gusta que se burlen de ellas. El entrenador le pareció un gesto muy digno de mi muchacho, detuvo el juego, ordenó a todos que se disculparan con las chicas y acto seguido advirtió que si esta conducta se respeta nadie jugaría más en el equipo.
Yo lo observé todo, como madre sabes que tu trabajo va en buen camino cuando tu hijo realiza estos gestos por decisión propia, por supuesto, me llenó su valentía, sabía que su posición podía causarle problemas con el resto de sus compañeros pero él no puede aceptar las injusticias, ni yo tampoco. Quizás en el futuro su sueño de ser futbolista cambie por otra actividad que le guste, pero sé que los valores que va aprendiendo le quedarán para toda la vida.
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