He tomado la determinación hacerte llegar esta imagen, no para decirte que es una playa muy bonita, sino para decirte que en mi mente esta ese espacio y quería compartirlo contigo.
Te preguntarás ¿por qué? ¿Para qué?
Dibujar, escribir, o capturar una imagen en una foto son sólo expresiones de lo que sentimos en un momento determinado, y de alguna manera trasciende, pero, esta foto a pesar de que sé está lejos de lo que se considera ”obra de arte” pretendo que trascienda en ti, en nosotros.
Visualízanos, sé que puedes hacerlo, Tu y Yo, ahí, sólo el sol acompañándonos con sus hilos dorados reflejados sobre el mar, rodeados por esas dos colozas montañas que servirían para apartarnos de todo mal, como si de grandes guardianes se tratara, cuyo fin único es conceder la privacidad necesaria a dos amantes que quieren que ese momento trascienda para ellos como su gran secreto.
Y secreto no por ser prohibido, sino para evitar que otros quisieran poseer parte de lo que ellos han creado, no porque sean egoístas, sino porque tal sutileza muchas veces es preferible no compartirla, porque algunos azotes visuales pudieran enturbiar el momento, el recuerdo.
Sé que has seguido hasta aquí esta narración, y pudiéramos convertirla en realidad, sólo decídete, y estoy seguro de que ambos podríamos estar ahí, contemplando el atardecer, y podría ser uno de muchos en los que juntos daríamos la bienvenida a la luna, despediríamos el sol, mientras disfrutamos estar Tu y Yo, ahí.
Este es un corto ejercicio literario realizado a partir de la imagen principal.
