Para poder vivir Cristo en nuestra vida, hay que morir.
La palabra muerte quiere decir separación.
No sé puede vivir Cristo si no nos separamos del pecado, del mundo, y de lo que nos saca a Cristo del primero lugar.
Todos les quiere escapar a la muerte, o le teme a la muerte, pero al fin y al cabo algún día llega.
Claro, esa muerte es física, pero la que estoy hablando es la que nos conviene para que viva nuestro espíritu y pueda el alma ser investida con el poder de la vida de Cristo.
El Apóstol Pablo, está hablando de la muerte que nos lleva a la vida, para que resucitamos en poder.
Tenemos que llegar al punto de decir, como dijo el Apóstol, ya no vivo yo, más vive Cristo en mí, y lo que antes vivía en la carne, ahora lo vivo en la fe del hijo de Dios.
Cual fe del hijo de Dios.
La que lo llevo a la cruz, morir para que otros vivan.
El resultado de la muerte de Jesús es lo que habilito la salvación para todos los que creen en su nombre.
Y al resucitar nos muestra que la muerte una vez consumada, da vida resucitada.
Y esa vida la da Cristo en nuestra vida.
El poder del resucitado para vivir.
Acaso no dijo Jesús yo soy la resurrección y la vida. Y el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá.
Cuál muerte, la separación de lo que nos saca de la vida de Dios. El pecado. Y el vivir en santidad nos lleva a estar separado del pecado y consagrado para Dios y que El nos pueda usar para dar vida a otros.
La vida abundante que nos da el Señor, depende de cómo estamos en Él y si morimos para el mundo, pero vivos para Dios.
El morir es ganancia para vivir en este mundo caído, pero también nos da la vida eterna.
"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia."
Filipenses 1:21
Dios les bendiga.
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nice sir.