Esto era lo que seguramente pensaba Bigotes cuando lo descubrí sentado en la mesa de la cocina con esa mirada de hambriento, esperando con sus patas estiradas que sus esclavos humanos le sirvan un plato de su comida favorita.
**¿Qué opinas de lo que hace este gato argentino por ganarse el cariño de su familia?
Fotos propias.