Nuestro objetivo era ir al lugar más apartado del mundo, aquel que solo unos pocos conocieran y donde poder disfrutar de la soledad en un planeta repleto de humanos.
Fue un largo camino, tuvimos que descender por acantilados y en ocasiones era complicado encontrar una ruta adecuada hasta nuestro destino final.
[Foto Propia]
Tras mucho caminar, conseguimos llegar a ese lugar apartado del mundo que llevábamos tiempo ansiando, donde poder estar en paz y olvidarnos de la civilización.
Saltamos al agua, nadamos y nos olvidamos por completo de donde veníamos, de nuestros problemas, preocupaciones, obligaciones y comenzamos a respirar.
El cemento quedó atrás, sus normas preestablecidas también, volvimos a lo salvaje y único, a lo real y animal, a lo simple y puro…
