Utilizar bien la palabra de Dios es un privilegio del hijo de Dios, No para aplicarla a otros, un privilegio que tenemos para crecer en fe, sabiduría y gracia para con Dios y los hombres.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
2 Timoteo 2:15