Un saludo cordial a los miembros de la prestigiosa comunidad HIVE.
En Venezuela, iniciamos la cuarentena por la pandemia de la COVID-19 el pasado 13 de marzo de 2020.
La orden impartida por el gobierno revolucionario es que nos resguardáramos en casa.
Esto nos ha impedido volver a nuestra casa de campo en Palmira, del municipio Andrés Eloy Blanco, en el Edo. Lara.
Las razones para no viajar a nuestra casa de campo eran de peso:
En primer lugar, el temor a contagiarnos con el virus SARS-CoV-2.
En segundo lugar, la escasez de combustible.
Y, en tercer lugar, pero no menos grave, la prohibición de movilidad entre los distintos municipios del Edo. Lara.
Se presentó la ocasión, con motivo del día del padre y después de cien días de encierro, logramos hacer el viaje a nuestra casa de campo.
Son unos 50 minutos de carretera asfaltada, desde Barquisimeto a Sanare.
Y de allí, a unos tres kilómetros, al oeste, por la vía que conduce a El Tocuyo, llegamos al caserío Palmira, del municipio Andrés Eloy Blanco.
A la margen derecha de la carretera está nuestra casa, flanqueada por dos hermosos pinos ciprés, de unos diez metros de alto y con una circunferencia de unos tres metros.
Su hermoso color verde, contrasta con el blanco de las paredes de la casa y con el envejecido aspecto de las tejas, que nos amparan de las inclemencias del tiempo.
Una tenue neblina nos recibe, matizada por un amplio arcoíris, que nos saluda y nos da una hermosa vista de la población de Sanare.
Al entrar, disfrutamos una encantadora imagen del jardín, que, atiborrado de flores, nos recuerdan el tiempo que teníamos sin venir.
Hasta el gato, se presenta, recordándonos la lejanía que hemos mantenido con nuestra segunda casa.
Los peces nos muestran su preocupante hogar y es allí donde dirigimos nuestra primera faena.
El resultado es alentador.
Las pequeñas tilapias se muestran agradecidas.
Poco a poco, nos vamos adaptando a la tranquilidad de este hermoso campo, que nos arropa con su clima frío.
Ya no hay servicio de televisión, que se fue con DIRECTV. Esto nos permite un mayor tiempo de relajación y sosiego.
Solo se sintoniza alguna emisora de radio, para escuchar el reporte oficial de las medidas de cuarentena.
Algunas bebidas espirituosas y el café caliente, animan la celebración, muy modesta, del día de los padres.
El tiempo transcurre con gran rapidez, porque todo lo que haces es muy agradable.
Termina el fin de semana y es hora de regresar a Barquisimeto, no porque lo deseemos así, sino porque al amanecer del lunes, se inicia una nueva etapa de cuarentena radical, que amenaza con dejarnos en este paraíso, plagado de frío, neblina y tranquilidad campesina, que es invalorable y muy difícil de conseguir en el bullicioso ajetreo de la ciudad.
Pronto volveremos a nuestra casa de campo.
Ali Riera
Todas las fotos son propiedad del autor
Tienen bastante trabajo @aliriera organizar podar y que bueno que ya están en su hermoso hogar.
Así es. Lo mejor de todo es que el trabajo en ese ambiente, se hace con gusto. Es agradable. aliriewra