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En general, todos los vegetales verdes, esto es, que poseen clorofila, tienen una gran afinidad con la luz solar, sobre todo, por la imperiosa necesidad de producir su alimento, a través del proceso de fotosíntesis.
Es tan perjudicial un exceso de insolación, como la deficiencia de la misma, de modo que los vegetales dosifican la cantidad de energía radiante que reciben, a través de mecanismos especiales, de naturaleza intrínseca, y de mucha complejidad, tales como los tropismos, la disminución del número de hojas, o la formación de gruesas cutículas, protectoras y aislantes, de los tejidos del mesófilo de las hojas.
Uno de esos mecanismos, que permiten regular la cantidad de luz solar que recibe un vegetal lo constituye el heliotropismo, presente en muchos vegetales, como las especies de la familia Asteraceae.
El diccionario de la lengua española define el heliotropismo como el movimiento de ciertas plantas por el cual sus flores, tallos y hojas se orientan según la posición del Sol.
Esto sugiere, que el movimiento ocurre de este a oeste, cada día, y luego, el vegetal, al llegar la noche, después de la puesta del sol, se prepara para quedar en posición de iniciar su movimiento al amanecer, mirando al este.
Al convertirse en adultos, cuando maduran todos sus órganos, los girasoles dejan de girar y ya no siguen al sol en su recorrido.
Tan solo, se quedan orientados hacia el este.
Uno de los casos más conocidos de heliotropismo es el que se presenta en la planta de girasol (Helianthus annuus), planta herbácea, anual, de la familia de las Asteraceae, vegetal que se originó en América, pero que se ha extendido por todo el mundo, a tal punto que, el principal productor de girasol es Ucrania, seguido de Rusia, Argentina y China.
A nivel taxonómico, la planta de girasol es miembro del reino vegetal, división Magnoliophyta, clase Eudicotyledoneae, orden Asterales, familia Asteraceae, género Helianthus, especie Helianthus annuus.
El cultivo de girasol es muy importan a nivel mundial, motivado a su aporte en semillas, comestibles, tanto por humanos, como por animales, de la que se extraen muchos subproductos, entre los que destaca el aceite de girasol (Sun Flower), muy usado en las cocinas del mundo.
Además, el girasol es una planta muy valorada a nivel ornamental, por la belleza de su inflorescencia, denominada capítulo o cabezuela, con hermosas flores del radio, de llamativos colores amarillos o anaranjados, y las flores del disco, más discretas, de colores oscuros.
Lo más notorio de la inflorescencia, es el conjunto de hojas modificadas, llamadas brácteas, de un amarillo intenso, que se ubican radialmente, en el exterior de la cabezuela.
La planta de girasol es célebre por su tendencia a orientar sus inflorescencias, guiadas por el recorrido de nuestro sol, iniciando muy temprano, mirando hacia el este, y finalizando al anochecer, mirando hacia el oeste.
Luego, durante la noche, la planta Helianthus annuus se reorienta nuevamente, de forma que, al amanecer, las inflorescencias miran hacia el este, e inician su recorrido siguiendo el movimiento del sol.
Imagen tomada por mi sobrino político, Ing. Agro. José Daniel Castellano Pérez, en un campo de cultivo, en España.
Investigadores de la Universidad de California, en Davis, EE.UU., descubrieron durante el año 2016, que el movimiento de los girasoles está regido por el ritmo circadiano de la planta, y se articula mediante el crecimiento, diferenciado, del tallo:
“Una parte del tallo de los girasoles se estira durante el día y otra lo hace durante la noche”.
Es el crecimiento desigual de sus tallos lo que provoca el giro.
Estos movimientos se repiten, hasta el momento cuando la planta madura completamente, sus órganos dejan de crecer y ya cansada, deja de seguir al sol, quedando las inflorescencias mirando definitivamente, hacia el este.
Al dejar de girar, las inflorescencias del girasol aumentan la cantidad de calor que desprenden, lo que atrae con mayor vehemencia a los polinizadores, especialmente las abejas, garantizando así, la polinización y con ello la reproducción y perpetuación del vegetal.
Estas investigaciones fueron publicadas en la revista Science.
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Sea por su belleza ornamental, por su calidez biológica o por los resultados del ritmo circadiano sobre sus inflorescencias, Helianthus annuus se ha ganado un importante lugar en los corazones de los horticultores, agricultores y jardineros de todo el mundo.
Ali Riera
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