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Ver representado a un animal en las flores u hojas de un vegetal no es algo común, que pueda pasar desapercibido.
La naturaleza nos sorprende y asombra con su magnificencia, demostrándonos todo el poder que tiene, al transformar una hoja en un pico de ave, una pinza de cangrejo, o en la hembra de un insecto, con el cual el macho decide copular.
Ese magno engaño, es una adaptación evolutiva, que persigue un fin en la vida:
Sobrevivir y perpetuar la especie.
Uno de los casos más significativos, de esas hojas modificadas en brácteas maravillosas, es el de las plantas que pertenecen al género Heliconias, conocidas como platanillos, por el parecido que existe entre las hojas de las musáceas, como el plátano, y las Heliconias.
Heliconia sp., "Bailarina amarilla", Garras de langosta, Falsa ave del paraíso
A nivel taxonómico, las Heliconias pertenecen al reino vegetal, división Magnoliophyta, clase Liliopsida, orden Zingiberales, familia Heliconiaceae, género Heliconia.
Posiblemente, Heliconia bihai.
El género Heliconia está conformado por plantas tipo hierbas, perennes, de tallos del tipo rizoma, desde donde nacen largos pecíolos, que dan origen las grandes hojas verdes oblongas (más de un metro de largo, por unos treinta cm de ancho), de punta lanceolada, con una nervadura central muy pronunciada, parecidas a las del cambur, solo que más pequeñas y cercanas al suelo húmedo.
A partir de rizoma subterráneo, se forman yemas germinativas que dan origen a los seudotallos y a las inflorescencias.
Las plantas llegan a crecer hasta 6 metros, en áreas de insolación directa abundante y muy húmeda.
Este género Heliconia está representado por unas cien especies de plantas, agrupadas en cinco subgéneros, cuatro de los cuales son originarias de las zonas tropicales de América del sur y del centro (Heliconia, Griggsia, Stenochlamys, Taeniostrobus), donde ocupan los espacios del sotobosque (Por debajo del dosel, muy cerca del suelo), de los bosques húmedos, montanos y nublados.
El desarrollo de las distintas especies de heliconias se ve favorecido en zonas de baja altitud, pero pueden crecer muy bien hasta los 2000 m.s.n.m.
Heliconia creciendo entre las ramas de tua tua.
La altitud ideal es de 1500 m.s.n.m.
Las imágenes que aparecen en esta publicación las tomé en Barquisimeto, a una altitud de unos 600 m.s.n.m. y el Sanare, a unos 1460 m.s.n.m.
También se consiguen en la zona del oeste del pacífico (subgénero Heliconiopsis).
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La inversión que hace una heliconia para transformar una hoja en esa hermosa bráctea, de formas diversas, es grande.
Amerita suelos de buen drenaje, ricos en nutrientes (NPK) y con abundante materia orgánica.
La insolación es requerida, pero de manera indirecta, de lo contrario el crecimiento de la planta se exacerba, tanto en el tamaño de las hojas, como en el largo de los pecíolos.
Las flores de las plantas del género Heliconias se presentan en una inflorescencia cimosa de tipo monocasio, denominada cincino, helicoide, que tiene flores pequeñas, de cinco estambres funcionales, ubicadas en los recipientes que forman las brácteas, mostrándose tímidamente, siendo polinizadas por aves como los colibríes (chupitas) y mamíferos como los murciélagos.
El fruto de las heliconias es seco e indehiscente, denominado esquizocarpo, formado por dos o tres mericarpos carnosos, contentivos de una semilla cada uno, generalmente azules o verdes.
Las semillas están recubiertas por una concha y en su interior está el embrión, que es recto, con abundante reserva alimenticia.
Las plantas del género heliconia se propagan a través de semillas, o mediante los rizomas (Hijos, como el del cambur).
Las Heliconias son plantas de uso ornamental, aun cuando, algunas se usan como tubérculos comestibles (asado o cocinado).
No debemos confundir las brácteas, con las verdaderas flores, aun cuando, lo más llamativo, son las brácteas.
El papel ecológico de las especies del género Heliconias es fundamental en la preservación de las fuentes de agua, generando microclimas y pequeños ecosistemas, donde conviven artrópodos, anfibios, reptiles y mamíferos, además de ser claves en la reforestación de espacios naturales, que han sido intervenidos por el hombre.
No es solo la belleza asombrosa de sus inflorescencias y brácteas, las Heliconias son especies pioneras, que nos están ayudando a recuperar el ambiente en los espacios naturales.
Ali Riera
Todas las fotografías son propiedad del autor.
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