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La ubicación geográfica de Venezuela, al norte de la América del Sur, le otorga ciertos privilegios, entre los que se cuenta un clima estable y bien definido durante todo el año.
La existencia de una estación seca y otra lluviosa, permite a los vegetales, prepararse para los procesos reproductivos y de crecimiento, así como, a los agricultores, la planificación y mercadeo de las cosechas.
Estos ciclos de los factores climáticos, en ocasiones, se ven afectados por la altitud, por la actividad atmosférica en los puntos de convergencia intertropical, y por el ángulo de incidencia, de los rayos solares.
La condición de país tropical, nos brinda insolación relativamente estable todo el año, mucha agua, producto del ciclo hidrológico, y una temperatura que oscila en rangos, que facilitan la vida de los vegetales, favoreciendo la floración.
El saber popular se refiere a estas medidas de preparación de las plantas, previas a las lluvias, con frases que definen a algunos vegetales, destacando los miembros de la famlia de las orquídeas (Ej. Cattleya mossiae), que catalogan como la flor de mayo, por la tendencia de las especies del genero Cattleya a florecer entre abril y mayo, estimuladas por el inicio de las lluvias.
Las plantas de floración anual, se ven adormecidas durante casi todo el año, pero al presentir el inicio de la estación lluviosa, y empujadas por las diferencias de temperatura, entre el día y la anoche, apuran la formación de estructuras florales, de forma tal que el fruto madure, disperse sus semillas, y caiga en suelo fértil, con la presencia de abundante humedad, para garantizar la germinación y crecimiento.
Plantas de floración breve, como la dama de la noche, se llenan de brillo, aprovechando la excesiva humedad atmosférica, previa al inicio de las lluvias.
Las nubes cargadas con agua, le aseguran un medio acuoso durante la maduración de su flor, y del llamativo fruto.
Sorprende gratamente, ver florecer a un grupo de plantas de aspecto discreto, que no pierden la ocasión de favorecerse con los cambios ambientales previos a las lluvias.
Estos cambios en el cuerpo de los vegetales, se manifiestan como una reacción a las condiciones ambientales, dirigidos por hormonas muy específicas, conocidas como auxinas, etileno, citocininas o citoquininas, giberelina, brasinoesteroides y ácido abscísico.
Cada una de estas hormonas tiene una función específica, y en su accionar conjunto, hacen que los vegetales logren su pleno desarrollo.
Las fitohormonas se producen en pequeñas cantidades en tejidos vegetales, como las células de las hojas, y envían mensajes al resto de las células del vegetal.
La acción hormonal en las plantas, es el equivalente evolutivo, a la función que cumple el sistema nervioso central, en los animales.
La naturaleza es perfecta, y así nos lo hacen saber las plantas, al florecer y prepararse para la perpetuación de la especie, aún sin haber llegado las lluvias.
Ali Riera
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