¿Cómo trabaja la Mimesis?

in #spanish3 years ago



La esencia de las bellas artes se basa en la imitación de la realidad, así lo creía Aristóteles. Dicha imitación se toma como un proceso de «re-producción» o «re-presentación» de la realidad que, con el fin de darle un nombre a este proceso, Aristóteles decidió llamarlo Mimesis.

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La imitación en el arte se da con el fin de copiar la realidad sensible del artista, la imitación va de la mano con la percepción de la realidad del creador en cuestión. Imitar es tener el privilegio de idealizar o deformar la realidad acorde a lo que el artista quiera mostrar con su obra; dice Ángel Cappelletti en la introducción a la Poética de Aristóteles: «…no se trata ya de mera imitación de cosas sensibles […] sino de realidades inteligibles que son universales.»

La idea de la Mimesis fue aplicada por Aristóteles para darle una propiedad teórica a la poesía y sus distintas representaciones; poesía, música y teatro eran, en la antigua Grecia, disciplinas artísticas que funcionaban cómo una sola. Es por eso que utilizar la Mimesis cómo parte de una teoría que englobe todas las áreas del arte es difícilmente aplicable en la sociedad actual.

Para mantener la idea base de a lo que se refiere la Mimesis como método de repetición artística, la explicaremos a través de dos disciplinas artísticas:
• Pintura
• Literatura

Mimesis aplicada a la pintura.

La pintura es la expresión artística más arcaica que existe, de hecho, puede ser tomada hasta como una de las primeras expresiones dentro del lenguaje del ser humano. Asimismo, la pintura es una de las primeras interpretaciones de la realidad del hombre, llegando así a considerarse una de las primeras formas de «re-presentación» a la referida por la Mimesis.

Imaginemos que queremos retratar alguna experiencia o idea acontecida en el transcurso del día. Lo primero que haríamos sería recurrir a la memoria, bien puede ser la imaginación, y evocaríamos la imagen de lo vivido para retratarla. Luego de evocar la imagen el siguiente paso sería plasmar tal y cómo se nos presentó. En este punto ya estamos «re-produciendo» una realidad que ya nos ha sido presentada; la Mimesis nos muestra que la idea de crear desde un punto cero es prácticamente impensable.

La idea de la Mimesis aplicada en la pintura o el dibujo se basa en la práctica de evocar un aspecto u objeto ya existente para dejar que su realidad sea manipulada por la imaginación. Reiteramos: la realidad pasa por un proceso de reinterpretación impulsado por la capacidad imaginativa del artista. Es por la Mimesis que ningún cuadro pictórico es similar a otro, así se esté retratando una misma imagen.
Cuando hay una abstracción en la pintura se presenta una oposición a la Mimesis. La abstracción deja de ser una representación de la realidad.

Mimesis aplicada a la literatura.

Aristóteles aplicaba la idea de Mimesis para explicar cómo funcionaba la poesía, la tragedia y la comedia, siendo las dos últimas una extensión de la poesía misma. En la antigua Grecia estas manifestaciones artísticas eran representadas en escenarios, viendo así la imitación de la realidad de forma más directa. Los actores interpretaban relatos ya escritos por algún poeta, relatos en donde la finalidad era dejarle una enseñanza al público a través de interpretaciones de acciones regulares en la sociedad.

Con el tiempo la poesía, tragedia y comedia se desligaron, quedando las dos últimas como elementos dentro de lo que conocemos hoy como obras teatrales; el hecho de actuar es «actualizar» un acontecimiento ya relatado basado en una realidad determinada. En este sentido, el teatro sería el género literario que continua manteniendo la esencia de la idea de Mimesis planteada por Aristóteles.

Cuando la Mimesis se aplica en la literatura, bien sea en novelas o cuentos, se maneja de manera parecida a la pintura. El artista se alimenta de una realidad ya vivida y procede a imitarla mediante la «re-presentación», solo que en esta circunstancia dicha imitación se da con la expresión escrita.

Vimos que la Mimesis aplicada en las artes es un simple proceso de distorsión de la realidad. Si bien se trata de la imitación, dicha imitación muy pocas veces suele ser una imagen 100% real de alguna situación en específico. En el caso de la pintura, es más sencillo para el artista distorsionar la realidad, tal como sucede con los pintores expresionistas e impresionistas; hay una imitación de la vida, pero no es la vida misma la que está plasmada en los cuadros.

Cuando se presenta en la literatura, nos muestra una imitación de la realidad distorsionada por algo que se conoce como pacto ficcional. El pacto ficcional es aquello que le permite al escritor alterar una realidad con el fin de otorgarle más precisión a su relato.

Es importante reiterar que la Mimesis se trata de un simple trabajo de imitación. En el arte no existe algo cómo la realidad; una pintura de una manzana no es la manzana real, es una «re-interpretación» de cualquier manzana que el pintor vio o se imaginó. La idea de imitación en la literatura solo se limita por la verosimilitud, teniendo así menos libertades que la pintura para llevar a cabo el proceso de «re-producción».

Consideremos entonces la Mimesis como una forma de hacer patente la realidad de lo existente. La Mimesis no se trata de huir de la realidad, al contrario, trata de magnificarla para darle más intensión creativa al arte. La Mimesis le da al arte potencial para hacer realidad el mundo posible que se quiera plantear.

¡Hola, haveanos! Acá vengo a dejarles un poco de La letrada incoherente mostrando una vez más cuál es el trabajo de un futuro licenciado en letras.

Los invito a leer La poética de Aristóteles y también la República de Platón, en caso que quieran ahondar un poco más en el tema.