Hola hermana @fatimajunio, un placer poder estar aquí nuevamente.
Para los Testigos de Jehová, la transfusión sanguínea es pecado porque según sus creencias al recibir o donar sangre se está aceptando o desprendiendo de parte del alma humana. Esto, dicen ellos, es contrario al mandamiento de amar a Dios con toda el alma. Según ellos, si una persona tiene una gota menos de sangre, porque ha donado sangre, ya no puede amar a Dios con toda el alma, porque le está faltando una parte de alma o de sangre que donó, y del mismo modo, si una persona tiene una gota más de sangre porque se ha sometido a una transfusión sanguínea, ya no puede amar a Dios con toda el alma, porque tiene una gota demás de alma o de sangre.
La sangre pertenece por derecho propio a Dios, Señor de la vida. (De ahí sacan los Testigos de Jehová su enseñanza de no aceptar la transfusión de sangre).
La sangre, como signo de la vida, pertenece sólo a Dios y por eso la sangre es parte de Dios (Lev. 3, 17). La sangre derramada es alimento de Dios, «manjar de Yavé», y ningún hombre puede beber sangre, ni comer carne prohibida (Dt. 12, 16).
Jesús quiso morir derramando su sangre, para mostrar la entrega total de su vida por obediencia al Padre y por amor a sus hermanos, porque el sacrificio de su vida era para el perdón de todos los pecados del mundo y la reconciliación definitiva entre Dios y los hombres «Cristo nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre. La sangre de Cristo derramada en la cruz establecerá entre los hombres y el Señor una unión profunda que durará hasta su venida.
Las leyes de la cristiandad son claras y Dios solo nos pide actuar con amor y el hecho de salvarle la vida a un familiar o a cualquier otra persona es el amor acto de amor que nosotros los cristianos podemos hacer.