Tengo el vago recuerdo de haber participado alguna vez en este reto con un #Top5 de canciones pero no estoy seguro de si tal vez era parte de una dinámica en otro espacio. Ahora, como parte de esta nueva etapa, quiero participar más activamente con @laradio y @radiohive, así que me verán mucho por acá.
Dicho esto, a lo que vinimos: 5 colores favoritos. Siendo niño me gustaban mucho el verde y el azul, en especial ese tono turquesa, aguamarina, que nunca tuve claro si era un verde azulado o un azul verdoso (alguna vez llegué a llamarle verzul); al inicio de mi adolescencia me gustaba vestirme mucho de negro y justo por eso un día me compré media docena de camisetas muy coloridas; sin embargo, no creo haber tenido un color favorito como tal, ni para vestir, ni para las cosas que tengo, así que pensé en una manera particular de poder cumplir con el reto, hablando de 5 colores específicos. Muy específicos.
Una cabellera de fuego
No tengo un estereotipo favorito a la hora de considerar como atractiva a una mujer. Alta, baja, delgada, curvilínea, cualquier tono de piel, cualquier largo de cabello, cualquier rasgo puede llamar mi atención. Sin embargo, hay algo diferente en las abundantes cabelleras cobrizas, un no sé qué que me atrae como un imán a un alfiler cuando veo una melena de color rojo pasar cerca de mí. Ahora bien, mi inclinación no sólo es extraña sino exigente porque el tono que me hechiza es un matiz difícil de conseguir con los tintes, es un rojizo único (la fotografía anexa es algo cercano, pero no el tono exacto) que se me quedó en la retina desde la primera vez.
Un clásico del grunge
Amo la música. Todo lo que puedo hacer escuchando música, lo hago, especialmente las tareas domésticas y esas caminatas de un lugar a otro. Escucho muchos géneros musicales, pero me gustan más el rock, el blues y el jazz y hay algunos temas que contienen algún fragmento particularmente especial para mí.
El disco Ten de Pearl Jam es uno de los mejores discos de Grunge que he escuchado e incluye en su lista de canciones una balada icónica llamada Black (Negro) uno de esos tracks en los que subo el volumen cuando comienza y particularmente en el bridge en donde Eddie Vedder dice: "I know someday you'll have a beautiful life, I know you'll be a star in somebody else's life but why, why, why can't it be mine?" que traduce algo como:
"Sé que algún día tendrás una vida hermosa, sé que serás una estrella en el cielo de alguien más, pero ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué no puede ser en el mío?"
¿no les parece un verso tremendamente romántico?
El aroma de un color
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Por poco incluyo en la lista alguno de los libros que me gustan y que identifico con un color, como la novela Blue Label / Etiqueta Azul de Eduardo Sánchez Rugeles, o el amarillo que asocio a Gabriel García Márquez. Sin embargo, pensando en esto, me di cuenta de que hay un tono específico que me gusta más: el color de las páginas de un libro. Un beige suave, o un tono crudo como a veces le dicen, es mi color favorito para voltear las hojas; por eso me gusta menos cuando el libro tiene las páginas en bond blanco, o en ese tono grisáceo de algunos libros impresos con métodos más ecológicos. A mí me gusta el otro, el amarillo tenue, el tono clarito, cálido, el que es para mí el clásico color de las páginas de un libro, el cual además tiene un aroma único, ese olor a libro del que tanto oímos hablar y que todos los lectores conocemos.
Matices de un sonido
Así como asocio el tono crudo del papel a un aroma, hay una serie de tonos que, al verlos, producen en mis oídos el eco de una melodía.
Vean la foto que está junto a este párrafo, ¿no escuchan algo? ¿no oyen el crujir de las hojas y las ramas al pisarlas? Es lo que me ocurre al evocar mi estación favorita del año y ese espectro de tonos y matices ocres de las hojas al perder su verdor, justo antes del invierno. Yo lo llamo color otoño y es uno de mis paisajes favoritos en el mundo, me provoca una sensación especial. La primavera tiene sus flores, el invierno tiene la nieve, el verano tiene la playa, los parques, las vacaciones, pero a mí me gusta más el otoño y esa transición hacia la última etapa antes de la renovación de la naturaleza; los árboles desnudos, la brisa que refresca, los amaneceres más tardíos, pero en especial esa alfombra de hojas secas que cubre los parques y las calles de la ciudad es una de mis sensaciones favoritas.
En la gran pantalla
Es obvio que siempre que pueda hablar de cine, lo haré. Incluso, al inicio de este post pensé que incluir cinco películas con nombres de colores en el título porque sabía que no iba a poder escoger una, así que en este apartado, dejaré algunos títulos de films que me han gustado mucho y que cumplen con esta condición.
Recuerdo, por ejemplo, la historia de amistad y lucha contra el racismo que se ve en Greenbook, o la mágica ruptura de la cuarta pared en La rosa púrpura del Cairo de Woody Allen, la biográfica La vie en rose con una actuación memorable de Marion Cotillard, el icónico anime de Satoshi Kon Perfect blue, la romántica japonesa The yellow handkerchief, el thriller psicológico Black Swann, la cinta de culto La naranja mecánica, entre otras.
Lo que me queda claro al final de este post es que los colores rodean nuestras vidas, más allá del dibujo, la pintura, o la ropa que usamos, vivimos inmersos en un mundo de color que puede invadirnos desde cualquier espacio, el cine, la música, los libros y por supuesto a través de la naturaleza, al azul del cielo, el arcoiris de las flores, el amarillo del sol, los atardeceres rojos, los ojos café de tantas especies animales... sólo es cuestión de mirar a nuestro alrededor.
