Cuando alguien vive con su pareja sin casarse y deciden aceptar las enseñanzas de Dios y casarse lo pueden hacer. Dios es tan misericordioso que todos los actos cometidos anteriormente pueden ser perdonados, siempre y cuando exista un arrepentimiento de corazón.
En la biblia hay ejemplos de situaciones parecidas, la samaritana, el mismo apóstol Pablo, son ejemplo de arrepentimiento sincero y entrega a Dios, para seguir su palabra. Dios quiere la salvación de cada uno de nosotros, pero tenemos que seguirlo de corazón, para el no hay nada oculto, él conoce nuestra alma.