¡Saludos, amigos!
En el offline tenemos la oportunidad de compartir con los familiares que están cerca, y cuando menciono la palabra familia, también incluyo a mis amigos —la familia que se escoge—. Pienso que a donde quiera que vayamos podemos crear una familia, un equipo que además se convierta en una red de apoyo para todos los integrantes. Sólo hace falta disposición, amor, atención y respeto a las diferencias de cada individuo, aprovechando nuestras virtudes.
Desde mi infancia, en mi hogar nos sentamos juntos a comer en la mesa y charlar, al menos una vez al día, momento que me parece valioso para reconocernos, escucharnos y por qué no animarnos disfrutando de una suculenta comida.
En el año 2012, cuando me mudé a otra ciudad para iniciar mis estudios universitarios, fui conociendo progresivamente a quienes hoy considero mi familia que nació en Ciudad Bolívar ¡gracias, Universidad! Esta familia comenzó almorzando unida en el primer semestre, en un local llamado el Té de Sulena, en compañía de la mismísima Sulena, una mujer cariñosa y cálida, que nos atendía con esmero y buen humor.
Foto tomada con mi Blackberry Pearl en el 2012, almorzando en el Té de Sulena.
Almuerzo en mi cumpleaños #21, año 2016.
Cena en el cumpleaños #24 del novio de mi amiga, año 2019.
Sin más que añadir, gracias por pasearte por aquí. A ti que me lees, si algún día nos conocemos en el mundo offline, quizás te invite a almorzar jajaja ¿Qué tal?
Hasta el próximo post. Besos.