El Baco (mi primera novela) 23

in #spanish3 years ago

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«Por las mañanas frescas del mes de mayo
el rey malvado
buscó un amor.

Una mujer morena
de largas trenzas
que se bañaba
se le antojó.

Como no tenía puente
para alcanzarla
por no mojarse
desesperó.

Caminó por las sendas
de la ribera
hasta rendirse
de su aflicción.

Por las mañanas frescas
del mes de mayo
voces amargas
gritó el señor.

Le pidió a la morena
que desde el agua
le recogiera
besos de amor.

Por las mañanas frescas
del mes de mayo
con su caballo
salió el señor.

Por las mañanas frescas
del mes de mayo
el rey malvado
buscó un amor.

Como no lo encontraba,
triste y turbado
con su desdicha
desesperó».
(Yo creo que esta letra ha sido posteriormente muy deformada, porque existe una canción, que todavía se canta que dice:
Una tarde fresquita de mayo
cogí mi caballo
y me fui a pasear
por la senda
donde mi morena
gentil y risueña
solía pasar.

Y no tiene sentido si no se trata de una deformación de la original, pues las tardes de mayo no son fresquitas sino calurosas. Sólo las mañanas pueden ser fresquitas. Sigo traduciendo el pergamino):
«El dios cristiano es blando y perdona; pero nuestro señor Príapo, hijo de Dionisos y Afrodita, señor y dios de los jardines y las viñas, lo castigó a erección para siempre; y para que sus vasallos no se rieran de él, vistió siempre largo sayal y pagó con penitencia para su dios; y todos sus vasallos, desde entonces, le cambiaron el trato de “mi señor” por el de “viejo verde mi señor” en sus pensamientos.
»Al verse siempre de aquella guisa, gritó gritos más fuertes en el corredor y se enfureció y mandó matar a todos los habitantes entre los ríos Esla y Cea. Allá fueron tocando los tambores con lanzas y espadas los sus hombres militares.»
(Está borroso pero parece que pone: illos homines suos milites Regis).
«Sembraron el terror. Mataron a los ancianos y a las esposas las violaron y las mataron y a muchos pueros y a muchos niños y niñas. Y las tierras mesopotamias, (no se refiere a lo que fue Asiria, entre el Tigris y el Éufrates, al lado de Persia, sino a las tierras entre el Esla y el Cea), quedaron sin voz y sin risas. Zamaliel era muy fuerte y corrió y se refugió en su mazmura, (que quiere decir bodega), y allí, como a un gato, lo prendieron los soldados del rey cristiano de León. Bien oiréis lo que decían: sacrílego pagano, te mataremos y destrozaremos tu bodega.
»Un soldado pequeño, antes de destruir las cubas y desparramar su contenido, probó el vino de Zamaliel y le gustó tanto que invitó a los otros soldados a que bebieran; y bebieron la bebida de la salvación. Y les gustó tanto que bebieron más y tocaron los tambores. Toda la mesnada se emborrachó hasta que cayeron al suelo todos y cayeron en profundo sueño».
(Aquí dice: Zamaliel in admirationem rapit. Lo traduzco así): «Zamaliel se asombró».
(Aquí siguen unas líneas escritas en caracteres arábigos que no entiendo muy bien y los dejo para el final con más tiempo. Ahora seguiré con una traducción más libre y no ad pedem literae. La prosa latina es bellísima y no parece que la escribiera un iletrado sino un hombre muy culto. No obstante para los que sepan latín, al final copiaré todo el texto para que se pueda gustar gustar la prosa).
«Viendo Zamaliel a todos los soldados dormidos tomó de uno de ellos la lanza, e hincando la moharra en sus cuerpos, los atravesó uno a uno con furia. El fuerte y bello Zamaliel estaba rojo, teñido de sangre que brotaba de los cuerpos como si de fuentes se tratara. Duró su trabajo hasta que el sol comenzaba a ponerse en las montañas. Quedaron los campos sembrados de muertos allegados a Zamaliel y de soldados del rey. Cuando hubo terminado, lloraron los sus ojos y pensó y volvió a pensar en el castigo que Aláh le había mandado, haciendo examen de los sus actos y de la asiduidad de sus oraciones, preguntándole a su dios por qué le había mandado aquel terrible llanto. Le llegaron a sus mientes revelaciones de su Dios Aláh recordándole que se habían olvidado del precepto de evitar comer lo prohibido que era la carne de muharram, que es el marrano. También le dijo Aláh que se habían olvidado de otro elemento prohibido para los sometidos (Muzlim, muzlamat), que era hacer vino y consumirlo; que eso era un vicio de los cristianos; y Zamaliel se arrepintió.
»Inmerso en estas revelaciones, lo hicieron volver en sí lejanos tambores de otra mesnada del rey que venía a comprobar qué había pasado, pues no retornaba la mesnada a León. Eran tantos caballos los que llegaban con sus jinetes, que el polvo de sus pisadas nubló el sol. Zamaliel ya se disponía a morir a manos de los miles de soldados que venían, y acataba el castigo merecido que Aláh le mandaba.
»Cuando se acercaron, nuestro padre y señor dios del vino entró en sus mientes y le reveló que se enfrentara, que si Aláh lo castigaba, él estaba para ayudarlo, ya que su divino licor había sido la salvación.
»Con la lanza en alto, se enfrentó al segundo ejército de innumerables soldados, que, al ver a Zamaliel manchado de sangre con bravura inigualable, y a los soldados del primer ejército del rey muertos por un sólo hombre, se atemorizaron sobremanera y emprendieron la retirada». (Aquí hay un problema de traducción porque dice:“pedibus flumen transeunt”, con el verbo en presente; pero no casa bien con el contexto, por eso lo voy a traducir por gerundio):«“…emprendieron la retirada vadeando el río”. Convencidos los cristianos de que habían sufrido un castigo divino, pues obra humana igual era imposible, llegaron a su rey, que seguía en su corredor dando cabezadas con el sayal abultado en su parte cólea. Hicieron examen de conciencia y pidieron confesión y se acusaron a su padre y Obispo de León de haber pecado contra el quinto y sexto mandamiento de la ley de Dios y aceptaron el castigo de su creador.

»El Obispo gritó gritos más fuertes que se oían en Oviedo y en Aragón cuando vio de aquella guisa a su Rey, viejo verde, y Señor.
»Salió el Señor Dioniso de las mientes de Zamaliel y desde la parte de fuera lo vio Zamaliel más claro y diáfano con mucha luz alrededor, tanta luz que brillaba más que el sol. Estaba sentado en un trono repartiendo sagrado licor alrededor».
(Este último párrafo lo destaco esmerándome en los trazos, porque aunque en el original no figura punto y aparte, sí está resaltada la tinta con alegorías de tres colores alrededor de las letras. Las alegorías no tienen interés pictórico alguno, puesto que son rayas rectas y curvas; y todas terminan en un caracol).
«El dios Dioniso mostraba tez risueña satisfecho de los pocos adoradores que lo adoraban, tanto hombres como mujeres, porque lo habían coronado con hojas de los jardines mesopotamios prolijos en selvas. El Dioniso (ille Dionisus) habló a Zamaliel palabras divinas. Bien oiréis lo que dijo: En buena hora naciste, bendita la madre que te parió (benedicta tua mater te parivit). Me adoraron griegos, me adoraron romanos y ahora apenas tengo sitio en el Olimpo, (no se cómo traducir unas abreviaturas que vienen ahora: “p.nul.atores”. Quizá quiera decir: “propter nulli adoratores”, pero siendo fiel al texto original creo que no debo traducirlo hasta no saberlo con exactitud). «En tierras de Astúrica también me adoraron en otros tiempos y los hijos de los hijos de mis adoradores se olvidaron de mi verdadero nombre Dionisos y pasaron a llamarme Baco (En el texto dice: “Bachus”), pero ahora no tengo lugar en el Olimpo. Más tarde también me adoraron en tierras legionenses sobre todo los soldados romanos y me pedían sagrado licor y yo les daba para que no les dolieran las heridas en las batallas porque mi licor curaba las heridas».