El enigma de Baphomet (242)

in #spanish5 years ago

Tenía fotos de la Capilla Sixtina para ilustrar esta página, pero un accidente informático hizo que las perdiera. Conservo otras fotos de Obras de Miguel Ángel

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Todavía dormí dos o tres horas.
Durante la siguiente jornada de trabajo, las brochas y los rodillos se me caían de las manos de lo cansado que me encontraba. Estando yo sólo en aquellos techos, me imaginaba a Miguel Ángel pintando la Capilla Sixtina, y entre pincelada y pincelada por los estucos barrocos de las lámparas y las esquinas, tenía tiempo para pensar en todo. A veces me cansaba de pensar y silbaba o cantaba cualquier cosa.
Los días siguientes me gustaba oír los ecos de aquella soledad en medio de un París gigante, interrumpida por Denisse, que a media mañana me llevaba un café con leche, cada día con un pastel distinto —me decía— para que degustara la repostería francesa.
Un día, con el café, me trajo una visera blanca, que me había comprado:
“C’est un cadeaux”—me la ofreció con candor de abuela cariñosa.
Desde luego, debía de ser un cuadro grotesco verme con un plástico en la cabeza moteado de pintas blancas por haber comenzado a pintar el techo, en bañador y con una camisa también sucia y pintarrajeada.
“¡Oh, mon petit, mon petit!” —me decía, como si le diera lástima.
Al día siguiente me trajo un mono blanco con cremallera de arriba abajo, “especial para pintores en verano” —recalcaba—, y, cuando me lo puse, ya no sudaba tanto.
El domingo por la tarde iba a pasear al Sena y allí me encontré con un grupo de españoles que se relacionaban a su vez con muchos otros, de la Universidad de Salamanca sobre todo. También había gente de Valladolid, de Oviedo y sobre todo catalanes. Andaluz, era yo el único.
Cuando trabé un poco de amistad —aquella gente no entraba a la primera—, hice muy buenos amigos: Pedro, que estudiaba segundo de Magisterio en Burgos y Toni cuarto de filología inglesa en Valladolid. Estos tenían problema con el alojamiento caro e insalubre. Yo pensaba que en el colegio podía hacerse sitio para ellos, metiendo dos somieres en un aula.
Ni corto ni perezoso, al día siguiente me dispuse a plantearle a Madame Racine, la dueña, que era mucho trabajo para mí, pero que conocía a dos españoles estudiantes a los que conocía bien, que podían venir a trabajar conmigo, pero que tendrían que vivir igual que yo en el colegio.
Supuse que la convencería porque había puesto en mí su confianza y le había resultado formal y trabajador, pues cuando se pasaba una vez a la semana con su hijo Monsieur Thierry siempre decían “tres bien... tres propre”.
Cuando iba a decirle esto, se me adelantó diciéndome que la tarde anterior, cuando yo no estaba, Madame Denisse se había caído y estaba internada en el hospital con dos fisuras en un hueso, no le entendí bien cuál era, y otra en la cabeza del fémur, que entendí perfectamente. Estaba muy preocupada porque el cirujano le había dicho que tendría que operarla: tenía una esquirla incrustada en una arteria y a punto de seccionar un nervio —cosa rara— y la operación era peligrosa.

Sort:  

ey! llegué aquí y comencé a leer sin saber qué era y ahora me he quedado preocupada por la pobre viejita, jeje, bueno, ni modo, parece que es una novela y tendré que revisar los post anteriores a ver si descubro su inicio. Y luego seguir pendiente de próximas publicaciones!

Está publicada por la Editorial Bohodón, pero es muy cara. Está publicada en Amazón como libro electrónico que es barata, y aquí, decidí publicarla gratis para los amigos steemians. Saludos cordiales.

Sí, es una novela histórica sobre la desaparición de los templarios en España, y el descubrimiento del Famoso BAphomet, supuesto ídolo por el que se le abrieron causas con condenas a morir en la hoguera a los monjes guerreros al principio del siglo XIV.