Lengua vasca. Su origen investigado por Leibniz Segunda Parte

in #spanish3 years ago

Leibniz, intentó investigar con criterios más empíricos por otros pagos, y fue el primero que atribuyó el origen del vasco a los pobladores del norte de África porque encontró palabras iguales y parecidas en los vascos y muchas tribus bereberes (esta hipótesis ha sido desarrollada contemporáneamente por algunos lingüistas), y sostuvo esta hipótesis durante algún tiempo, aunque titubeante.

A través de sus cartas a gramáticos y científicos** coetáneos, del principio del siglo XVIII, han llegado hasta nosotros los bandazos que dio a lo largo de sus investigaciones, hasta que se estrelló en un mar de confusiones y no pudo concluir nada cierto. Murió con la zozobra después de haber dedicado más de veinte años en el empeño de descubrir el origen de la lengua vasca.

Daba bandazos pero se iba acercando al meollo, pues solicitó ayuda a lingüistas para establecer relaciones léxicas entre el euskera y la lengua de los cristianos de Egipto.

Lo que no sabemos es por qué emprendió ese camino, qué lecturas o qué viajes le llevaron en esa dirección. No sabemos detalles. Y ahí se quedó, sin terminar de establecer la relación de muchísimos vocablos comunes a las lenguas caucásicas con las lenguas extendidas por Egipto y el norte de África, hasta llegar a Canarias.

Llegó a pensar la posibilidad de que el euskera hubiera venido hace miles de años de ese norte de Africa cruzando el estrecho de Gibraltar, sin pensar que esas relaciones léxicas se establecían por distintos caminos: que en la Edad Media vinieron oleadas de Armenios, Georgianos y otros hablantes de lenguas karvelianas, no por el sur sino por el norte del Mar Mediterráneo, a construir las más de 2000 edificaciones en piedra durante el esplendor y expansión por Europa del poder eclesiástico. Esos cristianos caucásicos eran uña y carne con los cruzados y las huestes que los custodiaban lo mismo que más tarde con los monjes templarios. Se debían tantos favores mutuamente y eran tan amigos Cristianos europeos y cristianos armenios, que hasta el último rey armenio Levon VI fue rescatado de las mazmorras islámicas y traído a Castilla por nuestro Juan I de Castilla. Es más, Juan I de Castilla regaló a León VI de Armenia, el reinado de Madrid, de Ciudad Real y de Andújar.

Qué poco sabemos de este episodio del rey Levón VI como Rey de Madrid, Ciudad Real y Andújar.

Este rey no hablaba castellano, hablaba armenio, pero en ciertos ambientes debía de entenderse perfectamente.Tuvo que entenderse por fuerza. Un siglo más tarde, el idioma caucásico, tan extendido en Francia y España, se fue acorralando en la zona vasco-navarra y se diversificó en 30 dialectos del actual euskera.

No podemos olvidar que durante la pandemia de la Yersinia Pestis los labradores que dependían de un señor morían todos porque no tenían a dónde huir; por el contrario, los constructores, que eran libres, y cobraban a destajo no dependían de un señor y podían huir y aislarse en los valles más apartados.

La hizo buena Leibniz, con su autoridad indiscutida en los círculos intelectuales de su época, sobre todo por ser un humanista y matemático que le daba credibilidad casi absoluta, al asentar que el euskera era una lengua aislada, que no tenía relación con ninguna lengua conocida, porque él no encontró relación con ninguna lengua.

Pero se le olvidó decir que no le encontraba relación “con ninguna lengua circundante conocida por él mismo”.

Lo que hubiéramos adelantado si Leibniz hubiera sabido armenio y georgiano y otras lenguas karvelianas.