Quizás no sean tan antiguas como parece, o tal vez sí lo sean y una oportuna remodelación las haya recuperado, dándoles un aspecto novísimo, sin afectar el estilo tradicional de ciertas arquitecturas serranas, donde al antaño, parafraseando a Borges, habría que sumar también el todavía.
Situadas al lado de un Palacio Real ideado como residencia de veraneo para los monarcas españoles, y cuya estructura parece, metafóricamente hablando, un clavo enganchado en los pliegues del tiempo, las buhardillas rememoran, también, aquellos tiempos en los que parecían ventanas a otros mundos.
Y dado que eran el lugar frecuentado por esa legión, generalmente incomprendida, de hijos de la Musa, muchas o quizás todas ellas, es muy posible que conserven todavía las fantasías de los espíritus de aquellos artistas, que un día o una eternidad antes, las habitaron.
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Primero déjame decirte, la expresión de @cuddlekitten no me deja concentrar, se ve tan tierna y parece que te abraza, amigo tienes alguien que realmente te estima, bueno, desearía que todos tuviéramos una persona así al lado nuestro , en relación al post , creo que si hay remodelación, el tiempo no perdona ni siquiera en estas construcciones.
Que te sigan mimando, se ve linda @cuddlekitten
Ja, ja, ja...@cuddlekitten es una maravillosa influencia, siempre con un gesto hermoso, con una mueca de cariño, con ternura. Sí, su amistad no sólo me honra, sino que a la vez me gratifica y hace que continúe manteniendo la esperanza de que todavía hay gente sana en el mundo. Nuestros amigos felinos han sido siempre muy especiales y dan su afecto a quienes ellos consideran dignos, por eso no puedo recomendarle a nadie, pues ella es libre como el viento y como el viento, se cuela por cualquier resquicio y observa. Pero sí hay algo que puedo hacer: hablarle bien de ti. Un abrazo
¿Soy yo la única que siente cierta fascinación por las buhardillas, @juancar347? Más allá de los relatos de terror donde siempre hay una habitación con buhardillas donde se esconden todos los secretos o el cadáver, o lo que pueden decir algunos estudios sobre lo que significan los sótanos y las buhardillas en el inconsciente humano, ese espacio de techos desiguales puede ser perfecto para una mujer como yo que a pesar de su 1,60 se siente grande. jajaja. Cuánto medirá la reina Letizia? Un agradable sábado y un abrazo
Yo diría que no, lo siento, no eres la única. Siempre me han atraído ese tipo de lugares, como los desvanes, siempre misteriosos, guardianes, en muchos casos, de múltiples secretos, de infinitas historias, de recuerdos. Como diría Machado, mundos que crecen y se deshacen como pompas de jabón. No sabría decirte cuánto mide la reina Leticia. Generalmente está tan ocupada la pobre, que cuando paso por la puerta del Palacio de Oriente, nunca tiene tiempo para recibirme. Y yo lo entiendo, porque con la que está cayendo en Borbonia Land...A mí me gusta más medir a las personas por su calidad humana, que realmente es la que merece la pena. Y sin ánimo de ofender, mi querida amiga, te diré que yo tendría problemas de espalda en una buhardilla, pues con mi 1,80 tendría que estar posiblemente encorvado todo el día. Pero qué quieres que te diga, me siguen gustando más que a un niño un caramelo. Un abrazo
Creo que casi todo escritor sueña con tener una buhardilla.
Viví un tiempo en una casa que tenía una, y fue un tiempo de mucha creación literaria ( y de muchos tragos también).
Las de tu fotografía están alineadas como soldaditos, pero parecieran abrir sus brazos e invitarte a pernoctar en ellas.
Diría algún malandrito caraqueño:
"Están bulda de cartelúas las casitas esas, mi pana bulda"
Cierto, creo que todo escritor que se precie ha tenido siempre su alma habitando en una buhardilla. Un día, siquiera sea para hablar con propiedad y conocimiento de causa, procuraré habitar unos días en una, con la única compañía de mi pluma y mi libreta. Las de esta fotografía, tan marciales ellas, como bien dices, supongo que forman parte de la arquitectura tradicional de esta zona serrana de Madrid. A mí me entusiasmaba, de joven, el desván de la vieja casa que mis abuelos tenían en Asturias. Sus claroscuros, sus telarañas, los pequeños ratoncillos correteando, el crujido de las viejas vigas, el secreto inconfesable de los viejos y herméticos arcones....Todo eso, sin olvidar, el hórreo, me parecía siempre una invitación a la aventura, al misterio. En fin, ya veo que no soy yo el único rarito, ja, ja, ja. Un fuerte abrazo
Happy Catur-Saturday, friend