A simple vista, la portada del madrileño Congreso de los Diputados recuerda, a menos escala, desde luego, al famoso Partenón griego.
Pero lo que más llama la atención son, qué duda cabe, los dos esculturales y fieros leones que lo guardan.
Estos dos leones, una de cuyas poderosas garras descansa con gesto posesivo sobre una bola representativa del mundo, tienen nombre propio en la cultura popular, que los bautizó con los nombres de dos de los héroes de la Guerra de la Independencia: Daoiz y Velarde.
No obstante, originalmente representan la vieja y mitológica historia de Hipómenes y Atalanta, que fueron convertidos en leones por una ofendida Diosa Cibeles y condenados a no mirarse, por eso cada uno de ellos mira hacia el lado contrario del otro.
Tal y como ocurre, hoy en día más que nunca, entre el Gobierno y la Oposición.
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