Ayer fue un día raro, como todos los días posteriores al trimestre. Un día de vacío y atender otras cosas, urgentes, pero sin el plazo de las 24.00 hs del día 20 de Octubre que tan primorosamente cumple la Administración cuando le interesa(es absurdo la no flexibilización de los plazos como en Enero, cuando hay festivos por medio)
Ayer llovió, de bastante seguido, pero fino. Esa lluvia que gusta a los agricultores, porque prepara la tierra, y garantiza la cosecha de invierno, o del año próximo. La excepcionalidad de los tiempos que corren van de la mano de una normalización de lo vienen a ser los ciclos normales de la tierra, en cuanto a fríos, lluvías y todo aquello que se había quedado atrapado en un continuo espacio tiempo del verano alargado y el invierno breve. Vuelven a existir las estaciones.
Mi coche, cuando he salido a comprar, estaba perfectamente limpio, lo dicho ha sido una lluvia fina y constante, lo cual, me ha ahorrado un pase por el lavadero de coches, hasta los faros tienen bastante mejor aspecto, aunque me tocará de nuevo en breve pulirlos y tengo que cambiar los limpiaparabrisas y los frenos traseros, poco a poco.
En el Carrefour, cuando vas cerca de la hora de apertura, las 10.00 am, hay un montón de ofertas para un comprador despierto y ávido de sensaciones y buenos precios. Esto, tenía un nombre, lo tengo que buscar en los apuntes de Distribución Comercial. Veinte años después, ha cambiado el paradigma, la oferta es constante, el consumidor está bien informado, y el que pica y paga más caro, suele ser el contrario que ellos habían pronosticado en un principio. Por no hablar del auge de las marcas blancas.
He comprado una col verde, las venden por piezas, y estaban recién traídas del día, por lo cual, como es evidente, he cogido la más grande, más de tres kilos ha pesado al llegar a casa. También he comprado un pollo de esos que venden abiertos para asar, en mariposa que lo llaman. Me vienen divinos porque vienen perfectamente eviscerados, sin grasas extra que esconden los que vienen cerrados, y la mitad del trabajo de cortarlos hecho. Por 2,30€ un pollo de kilo seiscientos de Coren, gallego, lo dicho, una ganga.
En habichuelas verdes, dos paquetes de medio kilo, el segundo al 50%, de Andalucía por cierto, los garbanzos también de aquí, los he comprado secos que cunden más. Por menos de diez euros, he apañado comida para casi una semana, y dos personas eh. Si fuera una, pues cunde bastante más.
