24112020

in #spanish3 years ago

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Días de mucho movimiento, de marasmo, de resaca de alta mar que aunque precavido, te pilla faenando en sus turbulentas aguas. Es complicado, tomar contacto con el yo y reflexionar, no digo ya ficcionar una idea que te ronde la cabeza. Como ha dicho Isabel Coixet en su muy recomendable programa en Radio3, hay días que la mente es como un ladrillo, pues eso me pasa, el mío es como un ladrillo gelatinoso y enorme que no me deja avanzar hacia las ideas.

Hoy tenía una cita en el coso taurino de Málaga, no era nada de toros, no me he ido al lado oscuro, era una cosa mucho más cultural, una cita de unos asuntos por resolver con una clienta. Hemos quedado allí. La charla ha ido bien, la temperatura ha sido buena, y no me he trabado al hablar, ni tampoco creo haber hablado demasiado, bueno no está mal para lo desentrenado que estoy que cualquier contacto con un otro, lo puedo subconscientemente ver como una oportunidad lúdica de hablar e interactuar, pero no, hay que mantener la compostura, ser cercano y amable, pero no desviarse de los conceptos del trabajo. Profesional ante todo, creo que a grandes rasgos lo he conseguido.

Como anécdota, contar, que ella ha comprado tabaco de liar, se ha hecho un cigarro y estábamos en un banco cercano a la plaza de toros, cuando ha llegado una chica paseando un perro de aguas, y preguntando por una cabina, porque la que está cerca de la plaza de toros(por cierto cada vez quedan menos), y bueno alguna que otra utilidad yo creo que siguen teniendo.

El tema, es que mi clienta, le ha ofrecido realizar la llamada desde su teléfono móvil, hasta ahí todo pues más o menos medio normal, entra dentro de lo convencional, lo esperado, a todos nos puede pasar. Luego ya la chica, ha empezado a hablar, en modo ametralladora, con mi clienta, le ha contado en menos de cinco minutos, que había tenido una depresión posparto que nadie la ayudaba, que había perdido la custodia de su niña, y que estaba con los abuelos, que el abuelo ella sospechaba que pegaba a la niña, al igual que le había pegado a ella, que necesitaba ayuda, que además su niña tenía una minusvalía, en fin, imaginaros.

Imaginad después de más de una hora aguantando el tipo, intentando ser social, paciente, etcétera, te lleg una tormenta como esta que te colapsa, lo cual ha sido mi caso, he estado callado, no he hablado, interacción cero. Mi clienta, ha sido muy educada y ordenada, le ha aconsejado ir al instituto de la mujer a exponer su caso, aunque parece que la chica tiene una abogado y estaba pensando ir a asuntos sociales, imaginaros, el marasmo, la tormenta. Al final hemos escapado bien, yo esperaba, visto lo visto como se estaba desarrollando la cosa, que en cualquier momento se pusiera agresiva o cuanto menos a gritar, en fin ahí ha ido la cosa.

Ha pasado algo más, pero mañana con la cabeza más fría, tendré más cuerpo para hablar de ello.