Mentalmente, estoy aquí, en serio, aunque físicamente estoy en esté (en este caso en mitad de un marasmo familiar, político eso sí), siempre hay consuelo para un alma esencialmente, libre.
He visto a Málaga con ojos de turistas y tengo que reconocer, que no me ha gustado, es como una novia que te gustara mucho y cuando se la vas a presentar a padres y/o amigos, se le ve el artificio, por no decir directamente que se tira un pedo, rompe el culo del vestido o directamente se caga en lo alto mientras queda trabada en un perpetuo tartamudeo.
He sentido vergüenza de mi ciudad de como se vende por cuatro duros y teniendo mucho más q otras se limita a dar la versión más cutre, sucia decadente de si misma.
Como un polvo de compromiso, un quítame allá esas pajas, un sentir o sin sentido de ciudad sin identidad ni sentido.
