También se puede donar el cerebro y no hay necesidad de estar sanos.

in #spanish4 years ago (edited)


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La donación de órganos para transplante es una práctica ampliamente consolidada, sobre todo en España, que ayuda a muchas personas a poder continuar con sus vidas después de haberles transplantado algún órgano.

Pero no todo el mundo sabe que también se puede donar el cerebro, no como órgano transplantable porque todos sabemos que, hoy por hoy, no se puede transplantar un cerebro, por desgracia.

Y para qué, entonces, vamos a donar nuestro cerebro si no puede serle útil a otra persona, pues porque se necesitan tejidos neurológicos para poder estudiar las anomalías del cerebro y poder encontrar las curas necesarias.


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Como consecuencia del aumento de la esperanza de vida, las enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer o el párkinson aumentan y se necesita encontrar tratamientos que curen o mitiguen sus efectos.

Para ello existen los bancos de cerebros o bancos de tejidos neuronales, que suena mejor, se dedican a recoger y conservar muestras de tejido neurológico para poder utilizarnos en investigaciones posteriores.

Según exponen los entendidos, los tejidos neurológicos de animales no tienen exactamente las características de los humanos por lo que la utilización de tejidos humanos en las investigaciones es de vital importancia.


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Al contrario que con el resto de donaciones que uno ha de estar sano para poder donar algún órgano, en el caso del cerebro no es necesario que esté sano, ni tan siquiera que tenga los estudios primarios.

Si alguno está interesado en donar su prodigioso cerebro, en España puede hacerlo a través de la Red Nacional de Biobancos y seguro que si googleáis un poco encontraréis el organismo equivalente de vuestro país.


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Vaya amigo @mauromar no sabía que algo así existiera, me alegra saber eso.

Estas a tiempo amigo. ;-)

Bueno porque no, total no haremos nada con el después de muertos.

Yo soy donante de todo lo aprovechable, lo que no a McDonalds.

No me gustaría que mi cerebro quedará arrinconado en un tarro guardado en una alacena polvorienta, como creo que ocurrió con el cerebro de Albert Einstein. Aunque también es cierto, como se suele decir popularmente, que una vez muerto...la cebada al rabo.

Pues sí, yo ya soy donante de todo lo aprovechable pero me faltaba el cerebro, y lo que sobre a McDonalds.