Interminables kilometros de tierra magnética,
un traqueteo eterno en el medio del desierto.
La tierra de hierro,
ese curioso material que usamos para todo,
desde el acero a transportar oxígeno en la sangre,
el núcleo de los glóbulos rojos,
y el núcleo del mismísimo planeta tierra.
La caravana no para,
la ruta del Fe no es cuestión de fé.
Las chapas, el clavo,
la tuerca y tu tenedor,
mi pluma, los buques,
el botón de tus blue jeans.
Las famosas rotas cadenas,
rejas de tu cárcel,
las herraduras de nuestros equinos,
en tu espada,
y en lo que esta derrama.