El precio de la fama

En su gigante mansión de apariencia extravagante, se hallaba Roger Bloom, el cantante de rock más famoso en los últimos 60 años.

Con más de 50 discos creados y con montones de premios en todo el mundo, era considerado una autentica leyenda y una inspiración para muchos nuevos artistas. Por supuesto, había quienes lo tachaban de egocéntrico y pedante, la verdad es que pese a su éxito, Roger experimentó grandes tragedias que marcaron significativamente su vida.

Al comenzar su carrera parecía tener todo lo que necesitaba para convertirse en una gran estrella; su vibrante y potente voz lo hacía destacar ante todos, mientras que con su carisma y actitud era capaz de ganarse al público de todas las edades y épocas. A diferencia de muchos otros artistas del género, Roger consiguió mantener su estilo vivo durante el paso de los años.

Una vez alcanzó su primer éxito, el amor llegó a su puerta, haciéndolo el hombre más feliz y pleno del mundo. Pero, esa felicidad no le duró mucho, al primer año de casado, tras volver una gira por el mundo, encontró a su querida esposa muerta, en la que para ese entonces era su casa.

Para él esto representó un duro golpe y tras años de depresión enmascarados en una vida de excesos y pasión desenfrenada, recuperó su norte para seguir adelante con la música. Esta transición fue un proceso difícil para Roger, pero no tardo en recuperarse. En los años siguientes, su carrera creció cada vez más, a diferencia de su vida sentimental, en la cual no logró tener éxito.

Fue dejado en el altar en dos ocasiones, lo que lo llevó a permanecer soltero por el resto de su vida y por lo tanto, no tuvo hijos.

Ahora, años más tarde, cuando la edad y la vida en el espectáculo lo desgastaron, permanecía gran parte de su tiempo, como era habitual, en la estancia de su casa, rememorando cada uno de sus éxitos y fracasos en la vida.

Fue entonces, cuando en medio de la oscuridad, logró ver una figura alargada a través de las sombras. Un hombre muy elegante y de gran atractivo lo miraba fijamente, mientras avanzaba hacia él.

Su primera reacción, como era natural, fue de miedo. ˗ Seguramente uno de mis fans logró entrar a la casa sin ser visto y ahora se encuentra frente a mí. ˗ Pensó. Ya en el pasado había pasado por algo similar. Sin embargo, al tenerlo de frente, reconoció quien era y su miedo se convirtió en terror.

˗ Apuesto que no me esperabas. ˗ Pronunció el hombre exhibiendo una sonrisa en el rostro.

˗ ¿A qué viniste? ˗ Dijo Roger con la voz hecha un hilo.

˗ Roger, sabes muy bien a qué vine. No me hagas perder el tiempo y acabemos con esto de una vez.

˗ Pero… Ya te lo di todo, ¿Acaso eso no te basta?

˗ ¿Todo? ¡No seas iluso! ¿De verdad pensaste que me había olvidado de nuestro trato?

˗ Yo…

˗ ¡Tú querías esto! ¿Lo recuerdas? Querías ser famoso, tener una carrera exitosa y ser recordado por todos. Estabas dispuesto a hacer lo que sea, a pagar cualquier precio con tal de conseguirlo, incluso vender tu alma al diablo.

Ahora mírate, estas en la cima. Pero todo tiene su precio, y luego de vivir una buena vida a costa de mi poder, debes pagar. Todos allá abajo están ansiosos por verte, así que no me lo hagas más difícil, tus fans te esperan.

El misterioso hombre se perdió entre las sombras, dejando el cuerpo sin vida de Roger en aquella estancia repleta de lujos y premios.

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