El juego es la actividad rectora de la infancia

in #spanish3 years ago (edited)

Muy buenas noches queridos amigos de Hive. Me contenta que después de algunos días sin escribir, me haya decidido por este tema, por dos razones principales; es central en el desarrollo del niño y precisamente éste ámbito es donde me desenvuelvo profesionalmente y porque me ha ayudado a repasar mis conocimientos. He disfrutado mucho escribiéndolo, espero que les guste.

El juego es la actividad principal de los niños, es a través del mismo que se construye desarrollo mediante los esquemas cognitivos de acción e interacción que se aplican sobre el medio y que permiten potenciar su inteligencia. Si el juego se realiza entre niños con distinto potencial y experiencia, se evidencia lo que Vygotsky conceptualizó como zona de desarrollo próximo, que no es más que la distancia cualitativa entre un nivel de desarrollo real o actual y un nivel de desarrollo potencial o estimulado al máximo.


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Si bien es cierto que el juego es la actividad rectora de la infancia y por ello todos los niños la construyen en forma natural, tiene niveles de complejidad, y aquí voy a mencionar una interesante clasificación de Ángel Rivière, psicólogo español especialista en autismo, en vida presidente de la Fundación que lleva su nombre, la cual realizó tras un período intenso de investigación en ocasión de dar a la luz su teoría sobre la elaboración del juego en los niños autistas.

Los juegos sensoriomotores, también llamados circulares, son propios del bebé, digamos que pueden darse durante los primeros meses de vida, entre los 0 y 24 meses, su fundamental función son las repeticiones, es un juego donde los sentidos fungen como el balance y el equilibrio de las acciones; el cuerpo es el centro del placer-displacer y es a partir de allí que el niño realiza: palmadas, balanceo, seguimiento de objetos, da besitos, manipula y examina, corretea, busca objetos escondidos y hay un inicio hacia el juego simbólico, el niño comienza a hacer “como si…”


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El juego funcional se construye entre los 1 y 3 años, su característica principal es que el niño simula situaciones de la vida diaria por medio de objetos o juguetes, por ejemplo, imita hablar por teléfono, barrera la casa, servir la comida, coser; y todas estas acciones se realizan con el apoyo de los objetos o juguetes propios para cada actividad, hacia el final de esta etapa se comienza a observar el juego simbólico, donde el niño puede hacer una acción sustituyendo roles, o suspendiendo los significantes por juguetes, es así como llama a un familiar con un teléfono de madera o hace comida con una vajilla de plástico.

El juego simbólico, que se extiende hacia los 6 años, potencia al niño y es un hito de importancia central en el desarrollo, porque es el inicio del pensamiento abstracto; es en esta etapa que se especializa y diferencia el conocimiento sobre el ambiente, es cuando se utiliza el argumento que va a dar concreción y sentido a las claves sociales, se incorporan y apropian los elementos culturales como una forma de referencia hacia los grupos; más específicamente, el niño vuelca todas estas claves hacia su propio grupo de referencia.


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Luego, se especializan todos estos mecanismos de sustitución simbólica y aparece el juego de fantasía o juego fantástico, el más elaborado de todos, aquí los elementos se reorganizan hacia acciones donde los significantes pueden tomar cualquier forma y formas de uso; este juego es la imaginación en pleno despliegue de elaboración de significados a realidades creadas por medio de mecanismos cognitivos muy complejos.

En el juego fantástico no hay límites, también denominado por algunos autores como Bates, como juego de ficción. En esta actividad todo es posible, tras un largo desarrollo en el niño de las funciones cognitivas superiores. De esta forma, en esta etapa se comienza a penetrar en el mundo de la fantasía que los niños disfrutan al máximo porque les permite, además, suspender su propia realidad, su propio entorno, viajar y hacer hasta donde la imaginación y creatividad le permitan.


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De esta forma podemos dar cuenta de que una de las formas de observar el potencial cognitivo de los niños no es solo ver cómo juega; sino participar en sus juegos, porque nos da la oportunidad de hacer preguntas y que ellos contesten a las nuestras. Visto de esta forma nos podemos explicar el por qué algunos niños no necesitan de juguetes para desplegar y dar rienda suelta a sus facultades para jugar; pues al emplear la imaginación cualquier objeto es susceptible de convertirse en lo que necesitan.

El juego es, concluyendo, tan importante para la salud mental y el sano desarrollo integral del niño como lo son otras competencias académicas, porque el espacio del juego es propicio para construir relaciones sociales, participación, empatía, comunicación, colaboración y otros recursos personales que son críticos para vivir en comunidad; estos recursos de ser privados, en un principio, encuentran en la situación simulada del juego un nicho abonado donde los aciertos, las equivocaciones, las recompensas y las privaciones, son asimiladas creando mecanismos tanto cognitivos como emocionales que permiten al niño acomodarse a cada nueva situación en un entorno flexible que le garantiza la adaptación a estas nuevas situaciones, las cuales son adaptaciones amigables a la vida adulta.


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De verdad, espero que esta información haya servido para que comprendas por qué jugar es tan importante para los niños. Me gustaría que me dejaras tus dudas y comentarios, son importantes para mí por cuanto me ayudan a elaborar contenidos sobre el mismo tema. Saludos, y hasta una nueva oportunidad.

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