Algunas veces nos quedamos esperando que todas las condiciones están dadas para navegar en el mar de las oportunidades, pero sucede que siempre es buen momento para izar las velas, simplemente hay que confiar en el viento, tener una brújula certera y aferrarse a Dios como buen lucero.
Esperar las mejores condiciones muchas veces nos roba el tiempo, nos hace demorar y desaprovechar lo que quizá el destino nos tiene preparados.
Es verdad que debemos pensar muy bien antes de tomar decisiones, pues no se trata de eso, se trata de tomar las decisiones en los momentos correctos y apresurar las decisiones cuando es necesario.
¿Cuándo esperas para vivir?
¿Cuándo harás esa tarea pendiente?
¿En cuál momento dirás te amo?
¿Qué día es cogerás únicamente para ti?
Todas preguntas necesarias…
Vivimos aplazando lo importante porque lo cotidiano nos sobrelleva, pero en algún momento despertamos y nos damos cuenta que es demasiado tarde, hasta el amor puede sucumbir si no se le presta atención en el momento porque si bien el amor todo lo puede no se mantiene sin que cuidemos de él como lo necesita su presencia en el universo.
A veces las aguas parecen turbias, entonces dejamos pasar los cauces porque es necesario limpiar los caminos, porque es importante tener todo curado y quizás ese momento sirve para hacer una pausa, pero no hay que pausar la vida para siempre, porque la vida necesita la valentía del marinero que zarpa a su destino aunque el mar sea tan inmenso.
Cada día tiene una esperanza implícita, puede ser la oportunidad que necesitamos para comenzar algo nuevo, para conocer un nuevo destino, para tener eso que deseamos.
No nos quedemos mirando simplemente el horizonte más allá de donde convergen el cielo y el mar, allá pueden estar nuestros sueños, lo importante es navegar, avanzar e ir una y otra vez por ellos.❤
Imágenes propias. Fotografías tomadas con un móvil Blu Vivo One Plus. Cámara f / 2.0 1/100 3.79mm ISO 200. Editadas para los mensajes usando la aplicación de diseños Canva.
