Estar vivos es abatirse entre ideales, entre un montón de ruido en medio de los cuales existimos atrapados, eso fue lo que tantas veces reflexionamos antes, sin embargo, hoy quedamos entre el silencio de las calles, en el vacío que ha llenado los espacios, escuchando los latidos del corazón quejarse de la pena de saber que muchos parten.
La vida se había vuelto ajena, una película con escenas tristes, asombrosas, donde no reconocemos rostros, ni sonrisas, pero estamos seguros que hay algo más allá de estos días, porque escuchamos orar hasta los que algún día renegaron de su fe y hoy Dios es su salida.
Ruidoso, impredeciblemente rápido se ha transformado el tiempo, pasa como en una marcha en la que todos contamos los pasos para liberarnos de los malos recuerdos, pero cuando se tiene un corazón la fe se aferra a desterrar el miedo.
Se escurre por los cristales cada gota de roció que la noche ha colocado resultado del frío, se alegran las pequeñas plantas, las flores abren al amanecer, a las once en el clímax del sol se abren las esperanzas como bellas a las once en una fiesta con las hadas. Los sueños al despertar se harán realidad, porque el corazón tiene fe, porque cuando se tiene un corazón se siente hasta el crepitar de los deseos que piden con piedad para el bienestar de los nuestros y de los demás.
En algún momento serán tiempos sólo de recuerdos que nadie querrá recordar, la vida, poco a poco, se ha convertido en una espera de un mañana por llegar, allí estaremos de pie, allí nos encontraremos con los nuestros y en las calles ya no habrá soledad, todo esto será eterno aunque hoy sólo sea un sueño de esos que cuando se tiene un corazón no se pueden dejar atrás.
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¿Es posible vivir tranquilo en nuestros tiempos, cuando se tiene corazón?"
"Guerra y paz", Tolstoi
Imágenes propias. Fotografías tomadas con un móvil Blu Vivo One Plus. Cámara f / 2.0 1/100 3.79mm ISO 200. Editadas para los mensajes usando la aplicación de diseños Canva.
