No existe un momento del día
en el que no te piense.
No existe un momento de mi
silencio en el que no te añore.
No existe un momento en el
que no desee dar marcha atrás,
repetir tu voz y sentirte a mi lado.
Revivir las noches en vela,
promesas a la luna,
lágrimas en tu hombro.
No existe un momento en el
que no me recrimine mi ida repentina
y me cuestione si las cosas habrían
podido ser diferentes.
No existe un momento en el que
no me levante sin respuestas.
Un momento en el que no me
sienta vacía y me muera por dentro.
No existe una forma en la que
no me vuelva adicta al dolor,
te llame sin querer o trate
de reconstruir lo que
teníamos.
No existirá un momento en el que
te pueda olvidar.
Hasta ese juego cruel en el
que exprimías mi corazón,
lo extraño.
Pero ya es tarde para que
yo regrese y tú no te vayas.
No existe un momento en
el que no desee congelar
los mejores instantes a
tu lado y quiera borrar
los peores.
Para creernos felices e
imaginar que sí me
amaste, que todo fue
real y que nunca me mentiste.
Es como estar en una
rueda de la fortuna:
dando vueltas sin parar.
Solo que yo no puedo bajarme nunca.
¡Gracias por leer! ♥
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