En la vida tenemos que ir tocando puertas sin miedo al rechazo. Conviene hacerse esta pregunta antes se tocar la siguiente puerta: ¿Qué es lo peor que puede pasar si la toco? Ya el NO lo tengo asegurado, así que no pierdo nada.
Si nos cierran una puerta, entro por una ventana, pero de que entro, entro, nunca nos tenemos que dar por vencido. Así como este gatito. Su dueña pasó toda la tarde instalando la flamante malla de plástico en la parte baja de la reja para que Félix no se salga a la calle, pero Félix se las ingenió para de igual forma salirse, superando el obstáculo que le han impuesto y así cumplir su meta de andar de noche de joda por todo el barrio.
