Relato: Un vals de medianoche (I)

in #spanish3 years ago


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Ella, deforme de pies a cabeza, intentado mantenerse de pie al mismo tiempo que trataba de olvidarse del dolor. Ella, queriendo bailar aunque sea una vez un vals.

Con gestos me dijo que quería hacerlo, pues sentía que me debía el baile de la boda. Le repliqué que no me debía nada; yo no soy un hombre cruel con las personas indefensas, sobre todo con aquellos de salud delicada. No quería humillarla delante de su familia, quien albergaba un nulo cariño hacia ella.

Pero ella aún así insistió, fuera porque sentía que debía aprovechar cada minuto que pasaba en su vida, fuera porque quería demostrarme algo. ¿Qué cosa debía demostrarme aquella pobre criatura?, ¿qué veneno le ha inyectado su familia que la orilló a esto? Porque no dudo que algo le habrán dicho en ausencia mía, en algún momento de la triste cena de boda.

Inútil fue disuadirla; accedí, pidiéndole que pusiera sus pies encima de los míos. Le instruí que, en caso de sentir dolor, que apretara mi hombro, de modo que me detendría. Con ternura y cuidado empecé a bailar, dando vueltas pequeñas alrededor de la habitación. Ella, con esos grandes y hermosos ojos verdes, me contemplaban con el sentimiento que he percibido antes en mi hermano y su ahora esposa.

Irónico. Yo pensé en casarme con alguien con quien compartir mis sueños, mis pasiones. Sin embargo, heme aquí bailando con una niña que, a la sazón, se convirtió en mi esposa hace unas horas; una niña de apenas 16 años, experimentando su primer amor a pesar de las terribles deformidades que la van matando poco a poco. Ella también tenía sueños, pasiones, esperanzas. Todo truncado, todo destrozado ante la expectativa de una muerte repentina, aunque dudo que sea pacífica.

Con una familia como la suya, una muerte pacífica sería gloriosa para ella; ha luchado mucho en la vida desde una silla de ruedas, sin otra voz que sus bellos bordados. Una lucha digna del guerrero más valiente, por la cual le admiro con entereza. Quizás fue esto lo que me impulsó a aceptar este destino: la admiración y el respeto por su resiliencia, por sus sentimientos tan puros, por su inocencia. El hecho de que, a la vez de ayudar a un gran amigo mío a obtener fondos para resolver deudas con la venta de una casa en Londres, estaría haciéndola feliz, aunque fuese por un instante.

Nota de la autora: Este relato está inspirado en la melodía Melting Waltz, de Abel Korzeniowski, la cual se encuentra en el soundtrack de la serie Penny Dreadful. Si gustas escucharla, la puedes encontrar en Youtube