The darkness that colors the world slowly ties up the ends of fate. In that city forgotten by the world, a young girl prays to the great Atlantean.
Voices of joy cry out eternally, souls in pain wander through the citadel. That night was the beginning of the end.
The Atlantean shone with a spectral light, at that moment, everything was already lost. The young woman left the enclosure and fled from that place, not without first taking the sacred staff, but there, surrounded by darkness, a serpentine gaze approached her. Nothing to do.
In the eternity of time, in the sublime stillness of darkness, the people forgotten by time, will always be petrified.
La oscuridad que tiñe el mundo lentamente ata los cabos del destino. En aquella ciudad olvidada por el mundo, una joven reza al gran Atlante.
Voces de júbilo gritan eternamente, almas en pena deambulan por la ciudadela. Aquella noche era el comienzo del final.
El atlante brillo con una luz espectral, en aquel momento, ya todo estaba perdido. La joven abandonó el recinto y huyó de aquel lugar, no sin antes tomar el báculo sagrado, pero allí, rodeada de oscuridad, una mirada serpenteante se acercó a ella. Nada que hacer.
En la eternidad del tiempo, en la sublime quietud de la oscuridad, el pueblo olvidado por el tiempo, petrificado siempre estará.
